Lunes, 5 de agosto de 2024.
Esta conversación que llamamos «Centón» se desarrolló durante el mes de julio de 2024 en la lista de distribución de ACE Traductores.
Está claro que una de las cosas que más nos gustan es hablar de libros: leídos, por leer, sin leer… El verano parece una época propicia para disfrutar de la lectura, es como si el ritmo de la vida se hiciera más lento y el calor nos empujara a esas siestas en las que los libros son la mejor compañía. ¿Qué leen sus traductoras y traductores favoritos este verano? ¿Cuáles son los avatares de la pila de libros infinita de cada cual?
Esperamos que este centón ayude a multiplicar también la pila de libros sin leer de nuestros lectores y contribuyan a hacerlos felices.
Mario Domínguez Parra: Yo estoy leyendo El candelabro de los siete brazos (PSALMOS), de Rafael Cansinos Assens, con prólogo de Jorge Luis Borges.
Irene de la Torre: Poeta chileno de Alejandro Zambra
Y dos tochos más que me esperan:
La península de las casas vacías de David Uclés
Lo demás es aire de Juan Gómez Bárcena
Y el verano pasado:
El mar, el mar de Iris Murdoch (traducido por Marta Guastavino)
¡Felices lecturas veraniegas!
Irene Sierra Mérida: Yo, al contrario que mi tocaya, estoy optando por lecturas ligeritas. Ahora estoy con La mujer helada, de Annie Ernaux (traducción de Lydia Vázquez Jiménez). En mi momento vital me está gustando mucho, necesitaba algo escrito por una mujer.
¡Feliz verano a todos!
Jaime Valero: Yo recomiendo dos cómics que he leído hace poco y me han encantado:
Fortaleza volante, de Miguel Vila y Lorenzo Palloni, con traducción de Gema Moraleda.
Goiter, de Josh Pettinger, con traducción de Sara Díez Santidrián.
Cada cual tiene su propio registro, pero ambos ofrecen propuestas muy originales.
En cuanto a narrativa, me están esperando dos libros que destilan humor, cada cual a su manera:
Las sirenas de Titán, de Kurt Vonnegut, con traducción de Miguel Temprano; y Estoy bien, de David Sedaris, con traducción de Jorge de Cascante.
Por último, y en vista de la deriva que está tomando el Viejo Continente, también tengo a punto el ensayo Trumpismos, de Miguel Urbán.
Rosana Esquinas López: Yo ahora mismo estoy devorando la saga Blackwater traducida por Carles Andreu.
Hace poco terminé Tengo algunas preguntas para usted de Rebecca Makkai traducido por Aurora Echevarría y lo disfruté mucho
Julia Corredor: Yo estoy totalmente sumergida en literatura fantástica y ando con varias cosas de por medio:
La saga Blackwater, como Rosana, traducida por Carles Andreu.
Memorias de hielo, el tercer volumen de la saga Malaz: El Libro de los Caídos, de Steven Erikson, traducido este por Marta García Martínez (este no es muy ligero para la playa, la verdad, pero es una maravilla si os van los tochos).
La maldición del tranvía 015, de P. Djèlí Clark y traducido por Rebeca Cardeñoso.
Y tengo muchas ganas de empezar un ensayo histórico que me pillé hace nada: Diez ideas falsas sobre la Edad Media, de Martin Aurell y traducido por Juan Vivanco Gefaell.
Un abrazo a todos y que se den bien las lecturas veraniegas 🙂
Miguel Cisneros Perales: Yo acabo de terminar, a modo de homenaje, la Antología poética de Kadaré (Pre-Textos), traducida por Ramón Sánchez Lizarralde y anotada por María Roces, comprado por impulso en la librería de la facultad de Filología de la UCM en un hueco entre exámenes. No sé qué leeré de poesía después: ¡leo vuestras recomendaciones!
De novela, este verano he optado por cosas fresquitas o que me inspiran vacaciones, y voy por la mitad de Una habitación con vistas, de E. M. Forster, traducida por José Luis López Muñoz. Después, me esperan Poeta chileno, de Alejandro Zambra y Primavera, de Ali Smith, traducida por Magdalena Palmer.
De teatro, me quiero llevar de viaje La voluntad de creer, de Pablo Messiez, que lo tengo pendiente desde hace tiempo. Y de ensayo algo caerá, quizá La segunda mujer. Lo que hacen las actrices cuando envejecen, de Murielle Joudet, traducido por Marta Sánchez Hidalgo, adquisición de la Feria del Libro de Madrid.
Gudrun Palomino: Ahora mismo estoy con varios: hace unos días terminé La novia grulla de CJ Hauser, con traducción de Catalina Martínez Muñoz. Ahora estoy con Me verás caer, de Marina Travacio. Y justo ayer saqué de la biblioteca Hamnet de Maggie O’Farrell, con traducción de Concha Cardeñoso, y Un lugar soleado para gente sombría de Mariana Enríquez. Si me da tiempo, también leeré Peregrinos de la belleza: Viajeros por Italia y Grecia de María Belmonte.
Laura Pascual: Yo ahora estoy leyendo, por recomendación de mi padre, Elogio de las manos, de su tocayo Jesús Carrasco. Me está gustando mucho y he visto que en la red de bibliotecas de Helsinki tienen más del mismo autor, así que este no será el último.
Después tengo en cola Nuestros muertos, de Rosa Ribas, porque he leído otros libros suyos este año y también me han enganchado, y Peregrinas, de Joaquín Berges, porque lo vi en la biblioteca de mi barrio y una de las protagonistas se llama Dorita, como mi abuela.
Entre otros libros que no están traducidos y varios que no me han causado gran impresión, últimamente también he leído y recomiendo Ritos funerarios, de Hanna Kent y traducido por Laura Vidal (otra tocaya, pero esto ya es casualidad) y Los incomprendidos, de Pedro Simón.
La cola de libros pendientes se va alargando demasiado, pero voy a seguir investigando vuestras lecturas.
¡Feliz verano a todos!
Teresa Benítez: Pues yo recomiendo siempre, siempre, siempre, para la vida y también para el verano Sobre la felicidad a ultranza, de Ugo Cornia, traducido por Francisco de Julio Carrobles.
Y ahora voy a empezar Asmodeo de Rita Indiana, Historia general del desayuno, de Carolina León y, como me gusta combinar lecturas, también quiero releer Aprendiendo a vivir, las crónicas de Clarice Lispector, traducido por Elena Losada.
¡Feliz verano!
Alicia Martorell: Ahora mismo estoy leyendo varias cosas, entre ellas,
– El origen de las especies, en traducción de Dulcinea Otero-Piñeiro. Voy muy despacito, pero me está resultando muy interesante, no creo que lo termine hasta navidades.
– Paraíso, de Abdulrazak Gurnah, en traducción de Sofía Noguera (no, no es el del Esther Benítez, ese vendrá después). Para mí ha sido un descubrimiento, no es un autor que me hubiera tentado si no me lo recomiendan y estoy maravillada.
– 209, rue Saint-Maur, de Ruth Zylberman. Es la historia de un edificio, entrelazada con la de la Shoah y la Ocupación. Muy perequiana. Basada en documentos reales, no es ficción. (Hay una traducción española de Elena Pérez Sanmiguel, publicada por Errata Naturae).
– Salonica, City of Ghosts, de Mark Mazower (hay una traducción española de Santiago Jordán para Crítica, pero está bastante agotada). Cómo me gustan estos libros de historia con minúscula.
Además, tengo en la casilla de salida El evangelio de las anguilas, de Patrick Svensson, en traducción de Carmen Montes Cano.
Quiero empezar este verano La saga des intellectuels français, de François Dosse (hay una traducción española de Francisco López Martín para Akal), pero fijo que tardaré al menos un año en leerlo.
Otras lecturas pendientes: El caso Moro de Sciascia, en traducción de Juan Manuel Salmerón; Volando solo de Roald Dahl, en traducción de Pedro Barbadillo. Te quiere, Boy me encantó, así que quiero volver corriendo a ese lugar.
Y varios Maigret, algunas otras novelas policiacas, algún Von Arnim, algún Camilleri y el último Nicolau, que es mi ídola y mi último gran descubrimiento en libros de gastronomía
Patricia Antón de Vez: Me encanta este centón, aunque me temo que estáis aumentando vertiginosamente mi montón de pendientes con vuestras sugerencias.
Por mi parte, mis lecturas recientes han sido: No tocarás, de Nuria Pérez, que me zampé en tres días, robándole horas al trabajo, y ha supuesto una muy muy grata sorpresa; Baumgartner, de Paul Auster, que me ha dejado un regusto un poco triste, claro, pero me ha encantado (lo he leído en inglés, pero preguntándome a menudo cómo habría resuelto Benito Gómez Ibáñez ciertas cosas endiabladas); y Todos los perros de mi vida, de Elizabeth von Arnim (traducido por José Luis Piquero), uno de los libros más deliciosos y originales que me han caído nunca en las manos (si os gustan los chuchos, os encantará, pero la vida de la Von Arnim es tan jugosa que ni falta hace).
En lo alto de la pila de pendientes para vacaciones (¿vacaqué?) figura el primer tomo de la nueva trilogía de Pierre Lemaitre (no tan nueva, que ya han salido dos, creo), El ancho mundo, en traducción de José Antonio Soriano Marco (le tengo unas ganas locas, porque la trilogía de Nos vemos allá arriba me entusiasmó).
Y en previsión de una escapada de otoño a Italia y Grecia, me apetece mucho hincarle el diente a Peregrinos de la belleza de María Belmonte (que ya habéis propuesto por aquí). Y sin duda, ya en el viaje y en el Kindle, caerán relecturas como Grecia, viaje de Otoño de Xavier Moret o las deliciosas crónicas de las islas griegas de Charmian Clift (no cito a la traductora que está feo).
Elizabeth Casals: En mi caso es lectura invernal. Debo decir que me avergüenzo de leer pocos libros traducidos; me gusta muchísimo leer en inglés, generalmente novelas. En este momento estoy leyendo Martin Chuzzlewit, de Charles Dickens.
Carmen Francí Ventosa: Como a Patricia, me gusta acompañar mis viajes de lecturas. Y con ocasión de un viaje a Bulgaria, leí esta primavera Las tempestálidas, de Gueorgui Gospodínov. Sorprendente, interesante, curiosísimo. Traducido por María Vútova y César Rodríguez (por cierto: el dato de los traductores no lo he encontrado en la web del editor. Mosqueo).
Y para preparar un futuro viaje, he leído de Erika Fatland (antropóloga noruega) La frontera, un viaje alrededor de Rusia. La autora viajó por todas las fronteras rusas y lo cuenta con gracia (traducido por Carmen Freixanet del noruego). Así que tengo ya sobre la mesa Sovietistán de la misma autora.
Entre tocho y tocho, me he zampado en dos días La mala costumbre, de Alana S. Portero. Conmovedor, tierno y bien escrito.
Y como de lo que se come se cría y las lecturas ayudan a pillar la música del texto (estoy traduciendo un texto más o menos de la época), he cogido Middlemarch, de George Eliot, traducido por José Luis López Muñoz. Hace años que tengo el libro en casa y no sé por qué no lo había leído todavía (vergüenza).
Jorge Seca: Buenas tardes desde Tenerife.
Cuando termine la traducción de una biografía de Kafka que he de entregar ya dentro de poco, comenzaré una novela histórica bastante extensa. Para entrar en el fragor histórico, releeré Herrumbrosas lanzas, de Juan Benet. Y para el invierno próximo tengo prevista una relectura de El Quijote para reír sin ton ni son.
¡Salud, buenas lecturas y mucho Mejillón!
(Continúa en la segunda parte)