Día Mundial del Libro y del Derecho de Autor 2024: lectura de «Las aventuras de Sherlaw Kombs», de Robert Barr

Martes, 23 de abril de 2024.

Desde 2015, los alumnos de la asignatura de Traducción Literaria de la Facultad de Traducción e Interpretación, que imparte Juan Gabriel López Guix en la Universidad Autónoma de Barcelona, colaboran con una lectura en los actos organizados por ACE Traductores con motivo del 23 de abril, Día Mundial del Libro y del Derecho de Autor. 

La lectura de este año es la décima desde que empezó la iniciativa y la quinta en el formato digital inaugurado en 2020 como consecuencia de la pandemia de covid-19. En las anteriores ediciones digitales, los relatos leídos fueron «Algunas reflexiones sobre el sapo común» de George Orwell (2020), «El corazón delator» de Edgar Allan Poe (2021), «Un fantasma gramatical» de Elia W. Peattie (2022) y «El misterio de la casa adosada» de Edith Nesbit (2023). En esta ocasión, el texto elegido es «Las aventuras de Sherlaw Kombs» de Robert Barr.

Robert Barr (1849-1912) nació en Glasgow, pero en 1854 partió con sus padres a Canadá, donde vivió los siguientes veintidós años. La familia se estableció en Wallacetown, una pequeña localidad situada en la orilla septentrional del lago Erie, en el sur de lo que hoy es la provincia canadiense de Ontario y entonces era (y fue hasta 1867) la colonia británica del Alto Canadá. Creció haciendo de aprendiz de su padre carpintero, quien construía casas, iglesias y escuelas por la zona, y aprovechando los meses de invierno para escolarizarse. Más tarde, estudió en la Escuela Normal de Toronto y durante unos años ejerció como maestro y director de escuela, al tiempo que intentaba publicar pequeños textos humorísticos en publicaciones canadienses. Abandonó la enseñanza en 1876, año en que recibió la oferta estadounidense de incorporarse a la redacción del Detroit Free Press, que había publicado un poco antes un cuento suyo (rechazado, según se quejaría, por prácticamente todos los periódicos canadienses, que además ni le devolvieron el manuscrito ni los sellos que había adjuntado para el franqueo de la devolución). Ese mismo año se casó con Eva Bennett, con quien tendría tres hijos: Laura, William y Andrew. Bajo el pseudónimo de Luke Sharp, que ya había usado en sus primeras publicaciones en Canadá y que procedía del cartel del negocio de un empresario de pompas fúnebres situado junto a la pensión en la que se alojó en Toronto cuando estudió magisterio, inició entonces una fructífera carrera periodística en Detroit que culminó con su envío en 1881 a Londres, encargado de abrir en esa ciudad una edición semanal del Free Press. La publicación tuvo muy buena acogida; al parecer, fue el primer periódico estadounidense en establecerse en Europa.

Retrato de Robert Barr realizado por James McNeill Whistler, 1894-1895. (Detroit Institute Of Arts, Gift of the Witenagemote Club, 20.42)

En Londres floreció como escritor, publicó su primer libro, N. B. Strange Happenings (1883), y se integró en la vida literaria de la metrópolis. Entabló relaciones de amistad con figuras tan señeras como Joseph Conrad, Stephen Crane, Arthur Conan Doyle, Henry James, Jerome K. Jerome o Rudyard Kipling. Junto con el escritor William Dunkerley, y con Jerome K. Jerome como codirector, fundó en 1892 The Idler, una revista mensual ilustrada que siguió la estela de The Strand (fundada el año anterior) y que no dejó de editarse hasta 1911. En esas dos décadas, Barr publicaría de modo incesante más de un libro al año y se convertiría en un escritor popular y reconocido por sus pares en Gran Bretaña y Norteamérica.

La fama alcanzada en vida contrasta con la oscuridad actual del escritor. Su figura parece ser objeto de una mayor reivindicación en el canon de la literatura canadiense, lo cual no deja de ser paradójico a tenor del severo juicio emitido respecto a ella en un artículo publicado en 1899. En él, se quejaba del poco cuidado prestado por el país a sus escritores, defendía que la literatura es fuente de riqueza nacional y ponía como ejemplo el caso de Walter Scott y el flujo de visitantes que había generado en Escocia la serie de novelas de Waverley:

La cruda verdad es que Canadá tiene dinero, pero prefiere gastárselo en whisky antes que en libros. Le gusta más inflamarse el estómago que informarse el cerebro […] De modo que mi consejo al Walter Scott que patea hoy las calles de Toronto es: «Cruza la frontera lo más rápido que puedas; vente a Londres o vete a Nueva York; sacúdete de los pies el polvo de Canadá».

Murió a los 63 años de un ataque al corazón en su casa de Woldingham (Surrey), donde está enterrado.

Escribió quince libros de relatos y veinte novelas, una producción que conectó con el gusto del público de la época. Sobresalió como cuentista. La crítica ha destacado las influencias de Walter Scott y Mark Twain. Ha dejado una obra que se caracteriza por una vena irónica y un buen dominio de los recursos literarios. Las novelas tratan una variedad de temas, desde lo sentimental hasta el realismo y la crítica social. Las principales son: In the Midst of Alarms (1894), The Mutable Many (1896), The Victors (1901) y The Measure of the Rule (1907); la primera y la última ambientadas en Canadá y con ciertos aspectos autobiográficos, sobre todo la segunda. También completó The O’Ruddy (1903), una novela que Stephen Crane dejó inacabada a su muerte. Entre sus relatos, abundan los de tono sentimental, humorístico, satírico y paródico. Muchos de ellos son policíacos, aunque también escribió algunos de ciencia ficción. Los que más han logrado perdurar están relacionados con la serie dedicada a su detective Eugène Valmont, recopilados en The Triumphs of Eugène Valmont (1906). (Eugène, por Vidocq, el delincuente francés reconvertido en jefe de policía durante la Restauración y considerado como el padre de la criminología moderna; y Valmont, por el vizconde de Las relaciones peligrosas). Se ha afirmado que ese protagonista es el prototipo que sirvió de inspiración a Agatha Christie para crear su célebre Hercule Poirot.

Robert Barr (izquierda) junto a Arthur Conan Doyle, en la casa de este último en Norwood (sudeste de Londres), 1894. (Fradelle & Young, The Idler, 1894)

Barr fue uno de los iniciadores del subgénero de los pastiches de Sherlock Holmes, un subgénero frecuentado por figuras tan ilustres como, entre otros muchos, James M. Barrie (el primer autor conocido en adentrarse en él), O. Henry, P. G. Wodhouse, Ring W. Lardner, Anthony Burgess, Kingsley Amis, Stephen King, John Lennon, Neil Gaiman e incluso el propio Arthur Conan Doyle. El relato que presentamos se publicó en el número 5 (junio 1892) de The Idler firmado por Luke Sharp y con el título de «Historias policíacas fallidas: las aventuras de Sherlaw Kombs». En él, Barr entabla un diálogo lleno de guiños y alusiones con Estudio en escarlata, publicado cinco años antes, y recurre al humor amable para realizar un homenaje al residente de la calle Baker creado por su amigo Conan Doyle y cuyos rasgos su protagonista condensa de modo paródico. A pesar de que Sherlock Holmes ya había aparecido en dos novelas anteriores, el mencionado Estudio en escarlata y El signo de los cuatro (1890), adquirió una enorme y súbita popularidad a partir de 1891, cuando empezaron a publicarse los relatos de sus peripecias en la recién fundada revista The Strand.

En «Las aventuras de Sherlaw Kombs», vemos a Sherlaw resolver (o no) un misterioso asesinato ante los admirados ojos del doctor Whatson, bajo cuyo punto de vista se nos narra la historia, y los recelos y envidias de los detectives de Scotland Yard.

La traducción ofrecida plasma la plantilla exegética sobre la que trabajamos en el aula. Parte de un borrador utilizado en la preparación de las clases, enriquecido por las semanas de análisis y debate común. La versión final se ha beneficiado de los aportes y los comentarios de Jacqueline Minett en relación con algunos detalles del texto original y de la mirada atenta y las sugerencias de Celia Filipetto, Premio Nacional de Traducción 2023 a la Obra de un Traductor, a quienes queremos dejar constancia de nuestro agradecimiento.

La lectura corre a cargo de algunos de los participantes en el curso de Traducción Literaria, que acogieron con entusiasmo la iniciativa. Por orden de aparición: Víctor Castellanos, Elisenda Deulofeu, Zoe Gallardo, Gisela García, Rut Pereda y Ona Puigbert.

 

Bibliografía

Barr, Robert, «Literature of Canada», The Canadian Magazine, 14:1 (noviembre 1899), disponible en https://archive.org/details/sim_canadian-magazine_1899-11_14_1/page/6/mode/2up.

MacKendrick, Louis K., «Introduction», en Robert Barr, The Measure of the Rule, Toronto-Buffalo, University of Toronto Press, 1973.

— «Robert Barr», en Dictionary of Canadian Biography, vol. 14 (1911-1920), Toronto-Quebec, University of Toronto/Université Laval, 1998, disponible en http://www.biographi.ca/en/bio/barr_robert_1849_1912_14E.html.

Morgan, Henry James, The Canadian Men and Women of the Time. A Hand-Book of Canadian Biography, Toronto, William Briggs, 1898,

Parr, John, «Introduction», en Selected Stories of Robert Barr, Ottawa, University of Ottawa Press, 1977.

 

Juan Gabriel López Guix es traductor del inglés y del francés. Se dedica sobre todo a la traducción de narrativa, ensayo y divulgación científica, así como a la traducción para prensa e instituciones culturales. Entre otros autores, ha traducido libros de Saki, Julian Barnes, Joseph Brodsky, Lewis Carroll, Douglas Coupland, Arnold Davidson, David Duchovny, David Leavitt, Michel de Montaigne, Sylvain Neuvel, Edgar Allan Poe, George Saunders, Vikram Seth, George Steiner o Tom Wolfe. Es profesor en la Facultad de Traducción e Interpretación de la Universidad Autónoma de Barcelona. Fue miembro de la junta rectora y vicepresidente de ACE Traductores entre 1997 y 2000. Recibió en 2022 el Premio Nacional a la Obra de un Traductor concedido por el Ministerio de Cultura de España.