Palabra de librero: entrevista a Abril G. de Enterría, de la librería La guarida

Viernes, 11 de noviembre de 2022.

Celebramos el 11 de noviembre, día internacional de las librerias, con una entrevista de Marta Sánchez-Nieves a Abril G. de Enterría.

La guarida (plaza de María Minguez, n.º 7, L5, Cercedilla) es un proyecto amparado por un grupo de personas que pretende mantener viva la tradición librera de Cercedilla. Bebemos de la experiencia de la Librería Fuenfría, con sus casi cincuenta años de historia, y vamos un poco más allá haciendo de este un espacio cultural y de encuentro.

Los lectores, los libros, algunos juegos y unos pocos artículos de papelería conviven en La guarida con las presentaciones, los talleres, los cuentacuentos para niños y adultos, los clubes de lectura y las tertulias literarias.

 

ACE Traductores trabaja, entre otras cosas, por defender los derechos de los traductores de libros y por que se reconozca la importancia cultural de su labor. ¿De qué manera te parece que las librerías pueden ser aliadas de los traductores en sus reivindicaciones?

Hay varias maneras, por un lado recomendar y hacer visibles las traducciones y a los traductores. Y, por otro, contar con los traductores en actividades y presentaciones. Es decir, tenerlos «localizados» para que su labor llegue a los lectores. ¿El problema? En ocasiones las editoriales no facilitan esta localización.

¿Qué traducción reciente te ha parecido especialmente destacable y por qué?

Ahora me viene a la cabeza la traducción de Miguel Marqués de Un pirata contra el capital (Steven Johnson, Turner) por todo el trabajo de documentación que tuvo que hacer, debido a la terminología marítima y económica de un contexto histórico muy concreto.

¿Qué libro traducido marcó tu infancia o adolescencia?

El diario de Ana Frank, aunque no soy consciente de la traducción, sí recuerdo que me marcó. De pequeña no recuerdo haber sido consciente de las traducciones, aunque sí de cierto extrañamiento ante expresiones que leía en los libros de Los Cinco y en los cuentos de Hanna-Barbera, notaba que algo pasaba. En el segundo caso, influía que eran traducciones hechas en Latinoamérica, claro.

¿Cuál fue el libro que te hizo cobrar conciencia de la labor de los traductores, de estar leyendo palabras extranjeras que alguien había reescrito en tu idioma?

Fue Kokoro, de Natsume Sōseki (traducción de Yoko Ogihara y Fernando Cordobés, editorial Impedimenta). En ese momento había empezado a organizar clubes de lectura y fue el propio editor, Enrique Redel, quien me hizo tomar verdadera conciencia de la importancia de la traducción en el proceso de edición de un libro.

¿Qué libros, autores, géneros, idiomas o temas asocias con un traductor en concreto?

Me es imposible pensar en los libros de Altamarea sin tener muy presente la labor de uno de sus traductores, Carlos Clavería Laguarda; y me pasa lo mismo en términos generales con las editoriales del grupo Contexto, en las que creo que se tiene muy en cuenta la labor del traductor.

¿Cómo influyen las traducciones en los libros que encargas y que recomiendas en la librería? ¿En qué medida crees que los lectores se fijan en la traducción a la hora de comprar un libro de un autor extranjero?

No es frecuente, pero sí me he encontrado con algunos lectores que comparan traducciones antes de elegir una edición u otra. Cuando una obra está publicada en varias editoriales, como suele suceder con los clásicos, intento aconsejar al lector basándome en las traducciones que conozco del catálogo de unas y otras y en la importancia que dan al traductor.

En España hay varios premios que reconocen la labor de los traductores de libros, como el Premio Nacional a la Mejor Traducción, el Esther Benítez o el Ángel Crespo. ¿Los conoces? ¿Sueles enterarte de los fallos? ¿Sueles destacar las obras ganadoras en la librería? Si no lo has hecho hasta la fecha, ¿te animarías a hacerlo a partir de ahora?

No conocía ningún otro premio de traducción además del Nacional. A raíz de la toma de contacto para esta entrevista y como se acercaba el Día Internacional de la Traducción, he destacado durante varias semanas en la librería los premiados de estas tres convocatorias en los últimos años, así como los finalistas del Esther Benítez de este año, y gracias a la publicación en la página de Facebook de ACE Traductores ya tengo ejemplares del ganador del I Premio Matilde Horne.