Del amigo, el consejo: entrevista a Carlos Mayor

Carlos Mayor. Fotografía de Wit McKay

Miércoles, 27 de mayo de 2020.

Continuamos en esta serie de entrevistas breves originada en el número 43, en esta ocasión con el traductor Carlos Mayor, traductor de narrativa, ensayo, novela gráfica y libro ilustrado, además de periodista y profesor del Máster en Traducción Literaria y Audiovisual de la Universidad Pompeu Fabra. Ha traducido obras de Doris Lessing, Gianni Rodari, Vita Sackville-West, Emilio Salgari, Thomas Hardy, John Steinbeck, Carlo Collodi, Oscar Wilde o Rudyard Kipling y en el 2017 ganó el Premio Esther Benítez. Sus últimas traducciones publicadas son Persépolis de Marjane Satrapi (Reservoir Books) y La fuente de la autoestima de Toni Morrison (Lumen).

Un libro sobre traducción

El que recomendaría con más fervor es Is That a Fish in Your Ear? Translation and The Meaning of Everything, de David Bellos (Faber & Faber, 2011), traducido al español por Vicente Campos con el título de Un pez en la higuera (Ariel, 2012). Sorprendente y a menudo fascinante, es un manual para entender el mundo y la condición humana siguiendo la pista de ese proceso en apariencia milagroso que es la traducción.

Una traducción favorita

Recuerdo con especial cariño una colección juvenil de clásicos universales (o sea, de clásicos en su mayoría traducidos) de Anaya. Se llamaba Tus Libros y mis padrinos me los iban regalando todos los años los lunes de Pascua junto con la tradicional mona de chocolate. Ahí leí Viaje al centro de la Tierra de Julio Verne traducido (según veo ahora) por María del Rosario Arocena, Frankenstein de Mary Shelley traducido por María Engracia Pujals Gesalí, Otra vuelta de tuerca de Henry James traducido por Ramón Buckley y mi preferido: Ella de H. Rider Haggard traducido por José Agustín Mahieu.

Un diccionario

Me gusta consultar constantemente diccionarios monolingües y bilingües y a veces pienso que cuanto más voy aprendiendo más dependo de ellos. Suelo tener varios abiertos a la vez, últimamente casi todos digitales, y salto de uno a otro. Uno que solo tengo en papel, que en su día me leí de pe a pa y que ya he recomendado alguna otra vez es el Diccionario de dificultades del inglés de Alfonso Torrents de Prats (Juventud, 1989), que es prácticamente un manual de traducción de bolsillo.

Cuando traduzco las novelas de policías y ladrones de Andrea Camilleri, me ayudan mucho dos diccionarios antiguos, el Nuovo vocabolario siciliano-italiano de Antonino Traina (Giuseppe Pedone Lauriel, 1868) y el Dizionario siciliano-italiano de Michele Pasqualino revisado por Rosario Rocca (Pietro Giuntini, 1839), además del reciente Il grande dizionario di spagnolo de Rossend Arqués y Adriana Padoan (Zanichelli, 2012), que ha supuesto un antes y un después en los diccionarios bilingües español-italiano.

Torre de Babel de Brueghel. Grabado de Anton Joseph von Prenner

La búsqueda más rara que he hecho en mi vida

Como todos los traductores, hago muchas búsquedas peregrinas y, aunque las nuevas tecnologías lo han cambiado todo, lo cierto es que sigo pasando mucho tiempo en bibliotecas, sobre todo en las de los museos. Lo que sí ha disminuido en los últimos años es la necesidad de acudir a tiendas o grandes almacenes a hacer consultas o toquetear objetos de lo más inverosímil.

Sin embargo, hará cosa de un mes tuve que ir a la vetusta armería de mi barrio, que tantas veces había contemplado con una mezcla de intriga y repulsión. En el tebeo que estaba traduciendo, un entrañable camorrista acababa de regalarle un King Cobra a su hijo por su cumpleaños (ah, el amor paternal) y en las explicaciones que le daba en italiano me salía un término que no conseguía encontrar. La armería estaba sorprendente y alarmantemente concurrida y el maestro armero fue amabilísimo. Entendí por qué el diseño de ese revólver atenúa el retroceso, me dijo el nombre de la pieza en cuestión y salí de allí por piernas.

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