Día Mundial del Libro y del Derecho de Autor 2025: lectura de «El maestro de Moxon», de Ambrose Bierce

Miércoles, 23 de abril de 2025.

Desde 2015, los alumnos de la asignatura de Traducción Literaria de la Facultad de Traducción e Interpretación, que imparte Juan Gabriel López Guix en la Universidad Autónoma de Barcelona, colaboran con una lectura en los actos organizados por ACE Traductores y Vasos Comunicantes con motivo del 23 de abril, Día Mundial del Libro y del Derecho de Autor. 

La lectura de este año es la sexta en el formato digital inaugurado en 2020. En las anteriores ediciones digitales, los relatos leídos fueron «Algunas reflexiones sobre el sapo común» de George Orwell (2020), «El corazón delator» de Edgar Allan Poe (2021), «Un fantasma gramatical» de Elia W. Peattie (2022), «El misterio de la casa adosada» de Edith Nesbit (2023) y «Las aventuras de Sherlaw Kombs» de Robert Barr (2024). En esta ocasión, el texto elegido es «El maestro de Moxon» de Ambrose Bierce.

 

Ambrose Gwinnett Bierce nació el 24 de junio de 1842 en Horse Cave Creek, un asentamiento en el extremo sudoriental del estado de Ohio. Lo hizo en el seno de una familia profundamente religiosa en la que fue el décimo de trece hijos, de los cuales los tres últimos no sobrevivirían a la primera infancia, y bautizados todos ellos con nombres que comenzaban por A, una peculiaridad que quizá marcó el futuro interés del joven Ambrose por las letras y la pulcritud en su disposición. La pobreza y la religión dominaron su infancia. En 1846, la familia se mudó más hacia el oeste, a Walnut Creek, en el condado de Kosciusko (Indiana). El padre, aunque no prestó demasiada atención al décimo de sus hijos, era aficionado a la literatura, admiraba a Byron y tenía una pequeña biblioteca, que Ambrose devoró con fervor; en ella leyó a los diez años la traducción de Pope de Homero: «A sus libros, le debo todo lo que tengo», diría más tarde hablando de su padre.

Con quince años, dejó la casa familiar y se instaló por su cuenta en Warsaw, la capital del condado, donde trabajó durante dos años como aprendiz de tipógrafo en un periódico abolicionista. A los diecisiete años, bajo la protección de su tío Lucius Bierce, ingresó en el Instituto Militar de Kentucky, en aquella época el establecimiento militar de enseñanza secundaria más prestigioso del Sur; sin embargo, solo permaneció en él un año, tras el cual regresó a Indiana. Poco después, nada más estallar la guerra de Secesión (1861-1865), se alistó en las filas unionistas respondiendo a la llamada realizada cuatro días antes por Abraham Lincoln. Participó con el IX Regimiento de Voluntarios de Indiana en algunas de las campañas más importantes del conflicto y luchó, entre otras, en las batallas de Shiloh, Stone’s River y Chickamauga (solo en Shiloh murieron más de veinte mil soldados). A partir de 1863, además de servir como soldado, elaboró como ingeniero topográfico mapas para las tropas federales. En 1864, sufrió una grave herida en la cabeza que lo obligó, a principios del año siguiente, poco antes del final de la guerra, a licenciarse del ejército, cosa que hizo con el grado de teniente.

 

Retrato de Ambrose Bierce realizado por Frances Soulé Campbell. (Frontispicio de «The Collected Works of Ambrose Bierce», 1909)

 

Se trasladó entonces a California, inició en San Francisco una carrera en el mundo de las letras y colaboró en diversas publicaciones periódicas con artículos de tono humorístico. A finales de 1870, se casó con Mary Ellen Day, hija de un acaudalado empresario minero de San Francisco; y, al año siguiente, el matrimonio viajó a Inglaterra, donde nacieron sus dos primeros hijos (Day y Leigh) y donde Bierce publicó artículos en diversas revistas y sus primeros libros de relatos. Allí pulió su estilo como escritor y crítico social dentro de una tradición satírica en la que habían sobresalido en el siglo anterior Jonathan Swift o Daniel Defoe. A finales de 1875, coincidiendo con el nacimiento de su hija Helen, volvió a los Estados Unidos y, de nuevo en San Francisco, prosiguió su trayectoria como periodista humorístico y mordaz fustigando la corrupción, la hipocresía, la religión, el sistema político y la codicia de los grandes magnates.

En 1887, inició una colaboración que duraría dos décadas con el naciente imperio periodístico de William Randolph Hearst. Vieron la luz en esa época los libros que le han valido la fama póstuma, tales como la antología ambientada durante la guerra civil estadounidense Cuentos de soldados y civiles (1892, con fecha de edición de 1891; ampliada más tarde con el título En medio de la vida, 1909), diversas colecciones de cuentos sobrenaturales, como ¿Pueden suceder tales cosas? (1893), además del diccionario satírico The Cynic’s Word Book (1906; publicado más tarde como Diccionario del diablo, 1911). En 1896, Hearst lo envió a Washington para cubrir los trámites parlamentarios de un proyecto de ley que habría hecho pagar a los contribuyentes las deudas de uno de aquellos magnates del ferrocarril cuyas maniobras atacaba ferozmente y a los que tildaba de «ferrotruhanes». Sus artículos contribuyeron a la derrota de la iniciativa legislativa.

En 1899, Bierce se instaló definitivamente en Washington para estar más cerca de su hijo Leigh, que dos años más tarde moriría en Nueva York a causa de una neumonía. Era el segundo hijo que perdía, puesto que Day se había suicidado en 1889 como consecuencia de una disputa amorosa. En 1905, murió en Los Ángeles su mujer, de quien se había separado diecisiete de años atrás y con quien estaba a punto de culminar el proceso de divorcio. Sólo lo sobreviviría su hija Helen.

 

Última fotografía conocida de Ambrose Bierce. (The Ambrose Bierce Letters Project, Universidad de Cincinnati)

En 1909, abandonó su relación profesional con Hearst y durante los tres años siguientes se dedicó a recopilar, revisar y publicar los doce volúmenes de sus obras reunidas, Collected Works. El primero de ellos, publicado ese mismo año, concluía con un texto autobiográfico en el que, tras pasar revista a diversos episodios de su vida, se definió como «único superviviente» en un «festín de insensatez». Una vez acabada la compilación, se puso en marcha hacia el sur y desapareció en el México inflamado por la revolución de Pancho Villa. Se supone que murió en el lado mexicano del río Grande a finales de 1913 o a principios de 1914, en Ojinaga o quizá en Sierra Mojada. Antes de dejar Washington, en octubre de 1913, escribió a Lora Bierce, la mujer de su sobrino Carlt, una breve nota de despedida que terminaba así:

¡Al cuerno la civilización! ¡Prefiero las montañas y el desierto! Adiós. Si oyes que me han colocado contra un muro mexicano y cosido a balazos, quiero que sepas que me parece una forma bastante buena de dejar esta vida. Es mucho mejor que la vejez, la enfermedad o caerse por la escalera del sótano. Ser gringo en México… ¡ah, eso sí que es eutanasia!

«El maestro de Moxon», publicado el 16 de abril de 1899 en el San Francisco Examiner, es un enigmático relato que parece advertirnos desde las postrimerías del siglo XIX de las distopías a las que estamos ya enfrentados en la tercera década del siglo XXI.

He utilizado el cuento de Ambrose Bierce como introducción a los placeres y las complejidades de la traducción literaria en la asignatura que imparto en la Facultad de Traducción e Interpretación de la Universidad Autónoma de Barcelona. La presente traducción nace del trabajo preparatorio para esas clases. A lo largo de varias semanas, los participantes han tenido ocasión de leer en profundidad el texto, debatir las dificultades y realizar otras versiones siguiendo la plantilla interpretativa reflejada en esta versión. Deseo dar las gracias a Jacqueline Minett por las conversaciones y los comentarios acerca del original, a Celia Filipetto por la intensa lectura que hizo de la traducción, y a Soledad Galilea por la ilustración cedida para la portada del vídeo.

Andrea Castañeda, Alina Dzhioeva, Iris Salord, Alan Tellechea y Daniela Gunsha se han ofrecido con entusiasmo para continuar con la tradición iniciada en 2015 de leer por el Día del Libro versiones de los textos trabajados a lo largo de la asignatura.

 

Bibliografía

Joshi, S. T., y David E. Schultz (eds.), A Sole Survivor. Bits of Autobiography, Knoxville, The University of Tennessee Press, 1998.

McWilliams, Carey, Ambrose Bierce. A Biography, Nueva York, Albert & Charles Boni, 1929.

O’Connor, Richard, Ambrose Bierce. A Biography, Boston-Toronto, Little, Brown and Company, 1967.

 

Juan Gabriel López Guix es traductor del inglés y del francés. Se dedica sobre todo a la traducción de narrativa, ensayo y divulgación científica, así como a la traducción para prensa e instituciones culturales. Entre otros autores, ha traducido libros de Saki, Julian Barnes, Joseph Brodsky, Lewis Carroll, Douglas Coupland, Arnold Davidson, David Duchovny, Vladimir Jankélévitch, David Leavitt, Michel de Montaigne, Sylvain Neuvel, Edgar Allan Poe, George Saunders, Vikram Seth, George Steiner o Tom Wolfe. Es profesor en la Facultad de Traducción e Interpretación de la Universidad Autónoma de Barcelona. Fue miembro de la junta rectora y vicepresidente de ACE Traductores entre 1997 y 2000. Recibió en 2022 el Premio Nacional a la Obra de un Traductor concedido por el Ministerio de Cultura de España.

 

 

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