Nada ocurre por casualidad, María Teresa Gallego Urrutia

Viernes, 9 de febrero de 2024.

Al hilo de las evocaciones relacionadas con la historia de ACE Traductores que venimos publicando desde hace ya varios años, incluimos una reflexión de María Teresa Gallego Urrutia sobre la filosofía de la vida de muchos de sus socios fundadores.

 

En este 2023 recién acabado, ACE Traductores ha cumplido cuarenta años. El 14 de diciembre, en el acto de entrega del decimoctavo premio Esther Benítez, conmemoramos también ese aniversario. Y el presidente de la Asociación Colegial de Escritores, Manuel Rico, tuvo una intervención tan acertada en mi opinión que querría insistir en ella en las páginas de VASOS COMUNICANTES. Contó que, antes de conocer a Esther Benítez como traductora, la había conocido ya como militante del PCE en la clandestinidad, en la lucha contra la dictadura, militancia que, me apresuro a añadir, Esther mantuvo toda su vida (desde sus años universitarios), aunque, a partir de 1977, ya no tuviese que ser, por fortuna, en la clandestinidad. El traductor Ángel Sánchez Gijón, otro camarada en todos los sentidos de la palabra, lo recordó en el homenaje a Esther que se celebró, tras su muerte, en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, en 2001 (VASOS COMUNICANTES 20). No fue por casualidad por lo que Esther se había dado de alta en la APETI, que había fundado Consuelo Berges, junto con Marcela de Juan, y a cuya junta directiva perteneció y cuya presidencia ocupó unos años. No fue por casualidad por lo que Consuelo Berges había fundado APETI. No fue por casualidad por lo que más adelante tuvo Esther la iniciativa de reunir a una serie de traductores para proponerles la fundación de ACE Traductores, a la sazón SALT (Sección Autónoma de Traductores de Libros), y no fue por casualidad por lo que los convocados a aquella reunión cojeaban manifiestamente del pie izquierdo. Ni fue por casualidad por lo que se pidió precisamente a ACE que diera acogida a esa nueva asociación. Ni había sido por casualidad por lo que la ACE la había fundado en su día Ángel María de Lera. ¿Qué estoy queriendo decir? ¿Que hemos cumplido cuarenta años de vida y de actividad como fruto de una cadena de personas irredentamente de izquierdas? Pues, sí, justo, eso mismo.

Y no fue, desde luego, por casualidad por lo que Manuel Rico nos habló en la entrega del premio Esther Benítez de «una situación especialmente dramática que afecta a decenas de miles de ciudadanos en un lugar del mundo llamado Palestina» y que «hubiera conmovido y conmocionado a Esther». APETI fue una lucha, ACE fue y es una lucha, ACE Traductores fue y es una lucha. Pero la lucha es un puzle, fuimos, somos, una pieza de ese puzle. Todas las demás piezas son también nuestras. Y no podemos poner solo una en el tablero. Porque dependen unas de otras, porque son un todo.

Gracias, Manuel Rico, por recordárnoslo. Gracias por esas palabras. Gracias por recordar a Esther en esa perspectiva del conjunto de las piezas del puzle en el que quisieron Consuelo Berges, Ángel María de Lera, Esther Benítez, agruparnos para intentar construir un mundo algo menos injusto, que nos agrupásemos todos en la lucha que nunca será final, pero que no es, que nunca será, en vano.


¿Qué estoy queriendo decir? ¿Que hemos cumplido cuarenta años de vida y de actividad como fruto de una cadena de personas irredentamente de izquierdas? Pues, sí, justo, eso mismo


Desde pequeña, María Teresa Gallego Urrutia supo que de mayor iba a traducir libros franceses. El primer encargo se lo hizo a los 18 años el director de Seix Barral, Joan Petit (y no se llegó a publicar el libro porque lo prohibió la censura de la década de 1960). Sesenta años después, más de 100 autores después, cerca de 300 libros después sabe que acertó de pequeña.