Viernes, 10 de noviembre de 2023.
Pepa Linares ha traducido del italiano la obra de Italo Svevo La conciencia de Zeno, Alianza Editorial, marzo de 2023.
Sinopsis
La conciencia de Zeno (1923), obra de un autor singular y durante mucho tiempo desconocido, acabó siendo una de las novelas europeas más representativas de la modernidad. Un destino inesperado cuando se consideran sus comienzos.
Italo Svevo nació en Trieste, ciudad fronteriza situada a orillas del Adriático y alejada de los grandes centros de la cultura tradicional italiana. El hecho de haber sido desde 1867 hasta 1919 uno de los principales puertos del imperio austrohúngaro la convirtió en una próspera urbe comercial por la que pasaron numerosos intelectuales europeos, algunos de los cuales vivieron allí durante un tiempo. Al estar habitada por italianos, eslovenos, croatas, albaneses, alemanes, griegos, chinos y judíos (allí proclamó Mussolini en 1938 sus infames Leyes Raciales), se convirtió en una babel de lenguas, donde predominaban el italiano algo anacrónico de la clase media y el triestino, uno de los dialectos vénetos, para la vida cotidiana de todas las clases sociales. En cuanto al propio Svevo (seudónimo que subraya su doble cultura italiana y alemana), nacido como Ettore Schmitz en 1861, dominaba también el alemán, el francés y el inglés.
Al tiempo que leía fervientemente a los clásicos contemporáneos, sobre todo alemanes y franceses, y trabajaba en un banco o en la empresa de barnices submarinos de su suegro, Svevo publicó, en aquella esquina apartada de Europa y a sus expensas, tres novelas que pasaron inadvertidas para todos hasta que James Joyce (su profesor de inglés y enseguida amigo, que vivía por entonces en Trieste) envió la tercera de ellas, La conciencia de Zeno, a dos críticos franceses de renombre que eran, además, italianistas. Los círculos literarios de París la acogieron con un entusiasmo al que poco después se fueron sumando algunos autores de la vanguardia italiana como el poeta y Premio Nobel Eugenio Montale y más tarde la crítica en general.
Zeno Cosini, su protagonista, un hombre ocioso y neurasténico que vive de las rentas, se somete a una terapia psicoanalítica para curarse una dolencia misteriosa a la que achaca su incapacidad para adaptarse a una existencia que los demás, los «sanos», como él los llama, los que «saben vivir» y aceptar la vida tal como es, admiten sin ningún malestar aparente. Su carácter descontentadizo y apático lo incapacita para actuar a la altura de lo que exige el ambiente de los comerciantes burgueses de la ciudad, la clase a la que pertenece. Por consejo del médico, escribe un diario compuesto de fragmentos entresacados de su vida, sin orden cronológico alguno, en los que narra episodios que él considera reveladores de todos sus males (la abulia, el tabaquismo o la afición desmedida a las mujeres, entre otros muchos). Así, exponiendo sin pudor alguno y entre situaciones disparatadas tanto los vicios de su modo de ser, egoísta y manipulador de los demás personajes, como sus fragilidades, se convierte en un fino analista de la psique humana. Al fracasar la terapia, es el propio psicoanalista quien publica, en venganza por el abandono, las confesiones de su paciente.
Comentario de la traductora sobre la traducción
El significado del término italiano coscienza aúna los nuestros de «consciencia», conocimiento inmediato o espontáneo que el sujeto tiene de sí mismo, de sus actos y reflexiones, y de «conciencia» conocimiento del bien y del mal que permite al sujeto enjuiciar la realidad o sus propios actos, según las dos definiciones que ofrece la RAE. Y, en efecto, ambas pueden aplicarse al protagonista de esta historia, que es, en resumen, una tragicomedia del individuo moderno llena de ironía y de humor amargo, en la que resuenan los ecos de otras escritas por autores como Kafka o Thomas Mann (por citar solo dos ejemplos) durante la primera mitad del siglo XX. Su desenlace profundamente inquietante y en gran medida premonitorio, que ha sobrecogido a las generaciones de lectores posteriores, continúa impresionando, incluso con mayor motivo, al lector actual.
Mucho se ha hablado, y con razón, del italiano de Svevo. Para escribir sus novelas, dada su educación alemana y su condición de hablante del dialecto de la zona, tuvo que llevar a cabo lo que Magris ha calificado de «dura conquista de la lengua italiana». Tanto es así que, en más de una ocasión, Zeno, su protagonista, se pregunta si será capaz de sincerarse en una lengua que para él resulta artificial. La consecuencia es un estilo plano, que se ha considerado siempre poco literario. En cambio, y pese a lo mucho que le complica la vida al traductor, creo que su cercanía a la lengua hablada se adapta muy bien a la intimidad de las reflexiones del personaje.
Enlace a las primeras páginas.
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No puedo juzgar la tradución de Pepa Linares, pero sí puedo asegurar la amenidad del lenguaje y la precisión en la construcción de las frases. Por otra parte, me está gustando mucho La conciencia de Zeno, esa forma llena de sarcasmo de reflexionar sobre los vicios humanos, las taras de una época, la dificultad a la que se enfrenta el ser humano por el solo hecho de existir. Pintando ese ser socialmente hostil, el autor ha desenmascarado la fragilidad de la mente humana.