Animal, a la mina: a propósito de la traducción de Patos, Newburyport, Enrique Maldonado Roldán (II)

Viernes, 10 de febrero de 2023.

[Véase la primera parte del artículo aquí]

[Véase la tercera parte del artículo aquí]

Patología de Posaderas de Mujer Menuda

Otra de las estrategias utilizadas por Lucy Ellmann para la composición de la novela es la introducción de numerosísimas siglas, que la autora destaca como otro elemento más definitorio de nuestro tiempo y que se suma a la confusión reinante. Ducks, Newburyport incluye un listado final de veinticinco páginas con siglas. Muchas de ellas aparecen en el monólogo interior, aunque no es así en la mayoría de los casos. El glosario cumple una doble función: seguir con los juegos y el humor (SHTF: [Scat] Hit The Fan; SSS: Saving Stacy Strategy) y ofrecer un listado útil para el lector, ya sea para aclarar las siglas que aparecen en el monólogo o para facilitar nombres de asociaciones y organizaciones relacionadas con los temas que abarca la novela.

En el caso de la traducción, el glosario es de utilidad para explicar términos, al tiempo que exige traducir el particular humor de Lucy Ellmann. Encontramos ejemplos también en el propio monólogo interior.

the fact that scientists sometimes measure radiation in relation to the amount of radiation there is in a banana, like one banana’s worth of radiation, two bananas’ worth, the fact that it doesn’t sound very precise to me, because bananas vary in size, but what do I know, I don’t know but they know, the fact that they call it the Banana Equivalent Dose, BED, the fact that I think it should stand for Banana Eating Danger, or Better not Eat Dat,

el hecho de que los científicos a veces miden la radiación en comparación con la radiación presente en un plátano, algo así como la radiación equivalente a un plátano, equivalente a dos plátanos, el hecho de que no suena muy preciso, porque los plátanos tienen diferentes tamaños, pero qué sabré yo, «yo no sé, pero ellos sí», el hecho de que lo llaman Dosis Equivalente a un Plátano, DEP, el hecho de que creo que las siglas tendrían que ser las de Desgracia Estimada del Plátano, o De Eso no Piques,

Desarrollar las siglas en clave humorística es una estrategia que la autora repite:

the fact that I forget all the time what ppbs means but it’s parts per billion, the fact that I wonder why that’s always the way they measure things, ppbs, Probably Polluted But Survivable, Pretty Perplexing Business Strategy, Poor People’s Bonus Supper, Powerful Poison with a Bad Seal, tankard, baby-cup, Pitiful and Pernicious Baby-cup Syndrome, ready, set, go, ready, aim, fire,

el hecho de que se me olvida todo el rato lo que significa ppmm, pero son partes por mil millones, el hecho de que me pregunto por qué esa es siempre la forma en la que miden las cosas, ppmm, Probablemente Podrido Mas Mesurado, Pura Perplejidad Medida en Moles, Pobres Personas Metidas en Marrones, Poderoso Pestilente Mal Medido, peltre, metralla, Perniciosa y Putrefacta Metralla Mental, preparados, listos, ya, carguen, apunten, fuego,

Detalle de la portada de Patos, Newburyport. Ilustración: Beatriz Costo.

A punto de caramelo

Más allá del uso de las siglas, el monólogo interior de la protagonista de Patos, Newburyport plantea una problemática evidente relacionada con la puntuación. No es esta una tirada como la de Molly Bloom en el Ulises, donde la puntuación desaparece por completo («though he looked more like a man with his beard a bit grown in the bed father was the same besides I hate bandaging and dosing when he cut his toe with the razor paring his corns»). Lucy Ellmann pretende que el texto sea legible y que no se preste a confusión. Aunque la lectura no sea la habitual, el texto aspira a que, tras un momento de desconcierto, el lector se sume sin gran esfuerzo en la narración. Existen, no obstante, una serie de limitaciones impuestas en el estilo de la obra que es preciso tener en cuenta. En primer lugar, como ya señalamos, la ausencia de puntos. El fluir de la conciencia nunca se detiene, por lo que se prescinde por completo de este signo (salvo en casos excepcionales, como cuando la protagonista está leyendo un texto impreso).

El planteamiento que Ellmann hace de su novela es, muy grosso modo, el siguiente: el monólogo interior es el de una persona que piensa, no que escribe, por lo que todo «artificio» propio del papel impreso no tiene cabida, excepto cuando su exclusión pueda conllevar problemas de comprensión o cuando la protagonista reproduce citas de terceros. De este modo, la autora prescinde, por ejemplo, de los paréntesis.

Los paréntesis no suponen una problemática especial, dado que se pueden utilizar otros signos para los incisos aclaratorios. Tal vez el único caso destacable sea el empleo de los paréntesis para precisar ubicaciones geográficas, que la lengua inglesa, por otra parte, plasma con comas (uso que el español calca profusa e innecesariamente). La solución, teniendo en cuenta la relevancia del tono oral en el texto, pasa por añadir la preposición «en»:

the fact that Ben says if we aren’t sure about the Tennessee idea there’s Goreville, Illinois, which is a bit further,

el hecho de que Ben dice que si no estamos seguros de la idea de Tennessee, está Goreville, en Illinois, que está un poco más lejos,

Mucho más compleja es la supresión de los signos de interrogación.

the fact that he and his first wife liked the Boston Pops, but what was her name,

el hecho de que a Barry y a su primera mujer les gustaba la Boston Pops, pero cómo se llamaba ella,

En este primer ejemplo, la omisión de los signos de interrogación no supone especial dificultad, pues el adverbio evidencia el carácter interrogativo de la oración.

Encontramos, sin embargo, otros ejemplos cuya resolución es más compleja. Como es sabido, en la lengua inglesa el orden de la oración (con algunas excepciones en presencia de partículas interrogativas) difiere en las oraciones interrogativas con respecto a las declarativas: el verbo auxiliar se adelanta al sujeto. Así tenemos: «You have a second residence» y «Do you have a second residence?»; «It is compulsory» frente a «Is it compulsory?». De este modo, el lector en lengua inglesa, por extensa que la oración sea, repara tempranamente en que se encuentra ante una oración interrogativa, mientras que en lengua española es preciso abrir el signo de interrogación para transmitir esta misma función: «Tienes una segunda residencia» y «¿Tienes una segunda residencia?» o «Es obligatorio» frente a «¿Es obligatorio?». Es evidente que en el contexto de la traducción de Patos, Newburyport, la simple eliminación de los signos de interrogación se prestaría a confusión e incluso alteraría por completo el significado de las oraciones.

A continuación ofrecemos algunas de las estrategias adoptadas para abordar la ausencia de signos de interrogación.

En algunos casos el contexto aclara el carácter interrogativo:

terabyte, tetrabyte, pterodactyl, fractals, fractions, the fact that do they start fractions in second or third grade, I forget,

terabyte, tetrabyte, pterodáctilo, fractales, fracciones, el hecho de que con las fracciones empiezan en segundo o en tercero, se me ha olvidado,

Es posible asimismo —con un ojo siempre puesto en no restar naturalidad al texto por su abuso— recurrir a locuciones que encabezan habitualmente oraciones interrogativas:

the fact that can’t anybody see my blinkers blinking

el hecho de que es que nadie ve mis intermitentes intermitiendo

Por otra parte, dado el carácter introspectivo del texto, la mayoría de las oraciones interrogativas podemos considerarlas interrogativas deliberativas. El uso del futuro para marcar el carácter deliberativo está asentado en español.

Laine Hanson, the fact that, boy, is this all anybody in America does, look for people from the same state as you, state of mind,

Laine Hanson, el hecho de que, chaval, será esto lo que hacen todos en Estados Unidos, buscar a gente de su mismo estado, estado de ánimo,

Dado el carácter conjetural de este tipo de oraciones, es posible de igual modo ir un paso más allá y plantear directamente una duda en términos afirmativos:

the fact that he broke her heart, broke her, broke her spirit, well, a bit anyway, “a bit,” the fact that can you can have your spirit broken “a bit,”

el hecho de que le rompió el corazón, la destrozó, le partió el alma, bueno, un poco al menos, «un poco», el hecho de que no sé si te pueden romper el alma «un poco»,

Soluciones similares son aplicables en el siguiente ejemplo:

the fact that I wonder where she is now, the fact that did she marry someone nice or has life been tough,

el hecho de que no sé dónde andará ahora, el hecho de que lo mismo se casó con un buen hombre, o quizá la vida haya sido dura con ella,

En otras circunstancias, por supuesto, será preciso recurrir a soluciones más complejas y distanciadas del original:

the fact that is that a black bear over there or did that tree suddenly get bigger, the fact that can’t anybody see my blinkers blinking,

el hecho de que, uy, no sé si eso, eso, eso es un oso negro o se ha hecho el árbol de pronto más grande, el hecho de que es que nadie ve mis intermitentes intermitiendo,

Tal vez la ausencia de signos de interrogación suponga el principal reto en lo que a puntuación se refiere. Otros elementos de la puntuación, no obstante, tampoco tienen cabida. Así, los signos de exclamación desaparecen igualmente. Las estrategias de traducción en este caso se orientan hacia la modulación y la repetición. Encontramos, no obstante, otro elemento que se solapa con las funciones de los signos de exclamación: la denominada cursiva enfática.

Portada de Patos, Newburyport, de Lucy Ellmann. Ilustración de cubierta: Beatriz Costo.

A pesar de que su uso se extiende en la literatura en español (más allá de la literatura traducida), no es un elemento tradicional en nuestra lengua ni —por lo que hemos podido comprobar— los lectores lo reconocen como tal. Por este motivo, consideramos preferible por norma su sustitución mediante otras estrategias más en consonancia con los usos de nuestra lengua.

En el caso que nos ocupa, sin embargo, nos encontramos con un texto eminentemente oral (a pesar de que el personaje no abra la boca) con una utilización muy palpable de la cursiva enfática. Ante la imposibilidad de emplear otros signos ortográficos como las admiraciones o las comillas, capaces de focalizar la atención y destacar elementos de una oración (eso cuesta ¡mucho dinero!), y frente a un texto especialmente circular y repetitivo (que desaconseja recurrir con frecuencia a soluciones del tipo: «eso cuesta mucho dinero, mucho»), decidimos mantener la cursiva enfática. Consideramos que desnudar de énfasis —de la modulación de la voz interior del personaje, a fin de cuentas— obviando el uso de la cursiva enfática era desproveer a la novela de una de sus herramientas fundamentales. Se mantuvo, por tanto, la cursiva enfática, así como la cursiva en los nombres de obras literarias o cinematográficas (para garantizar, en consonancia con el original, la distinción de las referencias culturales de este tipo). Por el contrario, considerando como se señaló anteriormente que el personaje no escribe, sino que piensa, y en sintonía con el original, no se empleó la cursiva para los extranjerismos:

Sense and Sensibility, Persuasion, Pride and Prejudice, the fact that I’m not used to having a moment to myself anymore really, uno momento, no problemo, like, just to read a book or something, Real-Life Revenge Stories, How Protein Helps You, ♬ Figaro, Figaro, Figaro! ♬, the fact that I sound like the factotum, ♬ per carità ♬,

Sentido y sensibilidad, Persuasión, Orgullo y prejuicio, el hecho de que no estoy acostumbrada ya a tener un momento para mí de verdad, un momento, per favore, no problemo, solo para leer un libro o algo, ‘Historias reales de venganza’, ‘Cómo te protegen las proteínas’, ♫ Figaro, Figaro, Figaro! ♫, el hecho de que sueno como el factótum, ♫ per carità ♫,

El ejemplo anterior muestra otra dificultad relacionada parcialmente con la puntuación: los titulares de prensa. Ellmann incluye en el monólogo interior titulares de prensa y de artículos de páginas web con los que se cruza su personaje. Siguiendo la tradición anglosajona, todas las iniciales del titular aparecen en mayúscula. El lector hispanohablante, no obstante, aunque cada vez más expuesto a este uso de la mayúscula, no tiene necesariamente que reconocer en este uso particular la presencia de un titular. Por este motivo decidimos incluir un elemento de puntuación lo más sucinto posible para destacar los titulares y hacerlos fácilmente reconocibles. Además de mantener la mayúscula en la primera palabra de la oración, se encierra el titular entre comillas simples:

the fact that some people add some German sausage at the end but Abby didn’t, Diet Now Pay Later, the fact that the main thing is the dill and the vinegar and the toasted caraway seeds, Ingredients Everyone Uses But Shouldn’t,

el hecho de que hay quien le añade un poco de salchicha al final, pero Abby no, ‘Haz dieta hoy y benefíciate mañana’, el hecho de que lo principal es el eneldo y el vinagre, y la alcaravea tostada, ‘Ingredientes que todo el mundo utiliza y no debería’,

Un breve apunte: todos los titulares de prensa que aparecen en Ducks, Newburyport son reales. En los muy limitados casos en los que ha sido posible localizarlas, nuestra traducción utiliza la versión en español de esas mismas noticias.

 

Enrique Maldonado Roldán se licenció en Traducción e Interpretación y Filología Hispánica en la Universidad de Granada. Después de un largo periplo por China, concentra en exclusiva su actividad desde hace más de una década en la traducción literaria. En estos años ha traducido, entre otros, la particular lengua de los primeros antillanos en llegar a Inglaterra en Solos en Londres (Automática), los usos del hampa de Chicago en Pimp (Capitán Swing), la creatividad desbordada de Keri Hulme en El mar alrededor (Automática) o la ironía y el humor del Washington Irving más joven en Una historia de Nueva York (Nórdica). Desde hace unos años imparte también clases de traducción literaria para profesionales en la escuela de escritura Billar de Letras. Una de sus últimas traducciones —sin duda el proyecto más ambicioso hasta el momento— son las más de 1200 páginas de fluir de conciencia de Patos, Newburyport, la monumental novela de Lucy Ellmann, publicada en español por la editorial Automática en 2021.