Miguel Cisneros Perales: La autora de la Odisea, Samuel Butler

Martes, 10 de enero de 2023.

Miguel Cisneros Perales ha traducido del inglés la obra de Samuel Butler, La autora de la Odisea, Athenaica, noviembre de 2022

 

Sinopsis de la obra

Contemporáneo de Schliemann, Burne-Jones y la reina Victoria, Samuel Butler participó en algunas de las más notorias controversias de una época y un país particularmente fecundos en polémicas intelectuales y descubrimientos decisivos. Con curiosidad y entusiasmo de amateur, aunque amparado por una infatigable dedicación al estudio, Butler ejerció de escritor, pintor, naturalista, compositor y filólogo. Celebradas por Borges, sus versiones de los poemas de Homero han sido leídas durante generaciones, pero el traductor fue más allá para defender que el segundo de ellos, la Odisea, era obra de una mujer, la Autora, una princesa siciliana —de Trapani, en la costa occidental de la isla— que habría elaborado bajo el signo de su predecesor el espléndido poema del regreso de Ulises, deslizando algo de su circunstancia en los rasgos del personaje de Nausícaa. Altamente especulativa, la sorprendente inquisición de Butler no dejó de producir una obra deliciosa y llena de encanto, con la que el osado intérprete se propuso discernir, aplicando un common sense que en la mejor tradición británica declaraba una guerra abierta al academicismo, «dónde y cuándo» escribió la muchacha —porque a su juicio era una joven, «cabezota y soltera»— semejante prodigio, «quién fue, cómo se sirvió de la Ilíada y cómo el poema creció entre sus manos». Se trate de una broma erudita, de una tesis peregrina en la interminable querelle conocida como «cuestión homérica» o de una visión avanzada y hasta cierto punto precursora, el ensayo de Butler, desconocido hasta ahora para el lector en lengua española, refleja su fino ingenio literario y puede seguir siendo leído —y disfrutado— como una audaz, imaginativa y bienhumorada indagación en la más alta poesía de Occidente.

(Extraída de la web de la editorial).

 

Comentario del traductor sobre la traducción

Este ensayo, que a la luz contemporánea del «anónimo era mujer» de Woolf puede leerse con perspectiva feminista, no deja de ser una provocación. Y ahí reside una de las principales dificultades que he tenido que abordar al traducirlo: cuando Butler decía que la Odisea la había escrito una mujer ¿lo decía en serio o parodiando los argumentos y polémicas academicistas de su época (y de ahora también, por qué no decirlo)? Entre la ironía, la frase imposible y las referencias culturales ignotas, por victorianas y por griegas, es imposible saber si Butler argumenta a favor de la autoría femenina de la Odisea por llevar la contraria a sus contemporáneos o por convicción. Hay argumentos nada científicos y otros muy hermosos: como la profusión de jardines en el poema épico, lo ridículo de los héroes masculinos y la preponderancia de los personajes femeninos. Si tengo que destacar uno a favor de la teoría de Butler, no obstante, me quedo con el episodio de la bajada de Ulises al Hades, en el que el clímax emotivo para Butler se encuentra no en el terror del inframundo, sino en la aparición (las apariciones) de las mujeres y madres de los héroes griegos, con quienes Ulises y los lectores lloran y se emocionan.

Este libro, además de muchas citas de otros autores, incluye un resumen de la traducción de la Odisea que hizo el propio Butler, reflejo de su peculiar interpretación del poema (para Borges la versión butleriana convertía el poema en una deliciosa novela burguesa). En esos pasajes tuve que traducir al español una traducción al inglés de un poema escrito en griego clásico y respetar en español las decisiones traductológicas de Butler, como la de llamar Ulises a Odiseo y a los dioses griegos por sus nombres latinos (Minerva, Mercurio, Venus, etc.). Muchas de estas decisiones el autor las fundamenta en justificaciones etimológicas cuestionables, pero que he tenido que respetar, por mucho que supusieran un quebradero de cabeza, principalmente por la diferencia entre los sistemas de transcripción. Aún tengo pesadillas con el laberinto terminológico que arma Butler para diferenciar entre focidios, foceos, focios y focenses. Me enorgullece confesar que la ayuda y los consejos de los editores, Alberto Marina e Ignacio F. Garmendia, fueron, en este y otros aspectos, cruciales.

Por último, en el ensayo original y en el prólogo de Alberto Marina, abundan las disquisiciones sobre qué es traducir, algunas aún polémicas, como cuando Butler dice que «Si deseas conservar el espíritu de un autor muerto, no has de desollarlo, disecarlo y guardarlo en una caja. Debes comértelo, digerirlo y dejarlo vivir dentro de ti, con la vida que lleves, para bien o para mal» y, por tanto, acepta que su traducción no puede ser perfecta porque es «hombre, practicante y anciano, y el rastro del sexo, la edad y la experiencia seguramente pesará sobre mi traducción. Si el poema llega a ser bien traducido alguna vez, debería serlo por una chica inglesa rebosante de vida que se haya criado en Atenas y que, por lo tanto, no haya quedado exhausta por el estudio de la lengua en la universidad». Que los lectores juzguen.

 

Enlace a las primeras páginas.

1 Comentario

  1. amalia rodriguez monroy Responder

    Precioso artículo de Miguel Cisneros en que se sienten los sudores, el saber hacer, la paciencia y el humor al relatar la sísifica tarea de verter al español al erudito y sabio Samuel Butler.
    No puedo creer que sea la primera vez que se publica a este autor en España!. Gracias a la editorial Athenaica por ofrecérnosla.

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