María Teresa Gallego Urrutia y Amaya García Gallego: La niña duende, de George Sand

Lunes, 21 de marzo de 2022.

María Teresa Gallego Urrutia y Amaya García Gallego han traducido La niña duende, de George Sand para Alba Editorial, marzo de 2021

 

Sinopsis de la obra

El señor Barbeau, próspero agricultor y concejal del pueblo de La Coisse, decide ceder a uno de sus hijos, Landry, a un vecino para que trabaje en sus tierras. Sylvinet, su hermano gemelo, no soporta la separación y un buen día, triste y airado, huye de casa. Al partir a buscarlo, Landry se encuentra con Fadette, apodada por los niños del pueblo «el Cricrí» porque dicen que es más fea que un grillo. La muchacha, con fama de bruja, se ofrece a ayudarlo a encontrar al hermano perdido si le promete que obedecerá cualquier orden que le imponga después. Landry acepta, Sylvinet aparece, y Fadette exige el cumplimiento del pacto. La atmósfera y el lenguaje del cuento de hadas son muy reconocibles en La niña duende (1849), la más famosa del ciclo de «novelas campestres» de George Sand, pero no impiden el desarrollo de la observación realista y del espíritu desmitificador: la bruja bien puede ser al final una científica, una psicóloga o una confesora. Por su parte, los dos hermanos Barbeau dan pie a un delicado y emocionante estudio del paso de la infancia a la edad adulta, una época de descubrimientos, celos, vergüenzas y melancolías. La novela busca reconciliar la pasión con la naturaleza, dirigida por «ese espíritu que observa, que compara, que se fija, que prueba».

Comentario de las traductoras

Desde el título, con su doble sentido, hasta la lengua de la obra, todo eran dificultades con las que hubo que enfrentarse por el procedimiento, hablando en lenguaje cotidiano, de liarse la manta a la cabeza.

La Petite Fadette es una de las cuatro novelas «bucólicas» o «campesinas» que escribió George Sand en el habla local y arcaica de la provincia de Berry, de donde era oriunda su familia paterna y en donde pasó la infancia en la mansión que su abuela tenía en Nohant, que heredó más adelante y en la que llegó a afincarse de forma definitiva con el paso de los años.

El texto original abunda, pues, en palabras y expresiones por una parte rotundamente locales y de marcadísimo sabor rural y por otra (o por la misma, bien pensado) arcaicas. Había que dar a la novela en castellano el mismo tono rural y arcaico que tiene en berrichon, pero evitando que «sonase» a algún habla local española concreta. Es decir, no podía ser una lengua neutra, pero tenía que ser una lengua neutra. Era un reto, llevó muchas horas y muchas consultas, podía haber quedado fatal,  pero no estamos descontentas del resultado.

En cuanto al título, en una carta de 1848 le comenta la autora al editor Pierre-Jules Hetzel que su primera intención había sido titular la novela Les Deux bessons (Los dos mielgos), pero que luego decidió dar preferencia al personaje femenino; e insiste en el doble sentido del título: Fadette es el apellido feminizado de la protagonista (era costumbre de la zona poner una desinencia femenina a los apellidos para nombrar a las mujeres —Fadette es la hija y la nieta de un tal Fadet—), pero es también el femenino de fadet, otra forma de nombrar a los duendes y el apodo que recibe desde niña por ser nieta de una curandera con fama de bruja. Al no poder conservar el doble sentido del título en francés, nos decantamos por el segundo para el castellano. Lo cual permitía además explicitar el diminutivo, tercer aspecto del apelativo de la protagonista, una niña al empezar la novela, que en francés se expresa con el adjetivo petit antepuesto, como ocurre con la mayoría de los diminutivos franceses.

 

La sección de NOVEDADES TRADUCIDAS ofrece a los traductores un espacio donde analizar las dificultades a las que han tenido que enfrentarse al traducir una obra concreta. Animamos a todos los traductores a colaborar: véase la plantilla en este enlace.

2 Comentarios

  1. Concha

    Bien resuelto lo del título, desde luego, a mi parecer.

  2. Concha Cardeñoso Sáenz de Miera

    Muy bien resuelto el título, a mi entender.