Lunes, 12 de julio de 2021.
Elena Bernardo Gil y Alicia Martorell han traducido del francés la obra de Arthur Le Caisne Por qué los espaguetis a la boloñesa no existen, Larousse Editorial, 2020.
Sinopsis
Un libro de cocina sin recetas que, en píldoras informativas, responde a cientos de dudas que ayudan a mejorar nuestros platos. Con humor, rigor científico y abundantes ilustraciones llegamos a entender por qué se sale el agua de hervir la pasta (y cómo evitarlo), por qué hay que salar la carne la víspera de cocinarla, por qué hay que preparar las judías verdes con agua hirviendo y las patatas con agua fría… ¡Y también por qué los espaguetis a la boloñesa no existen!
Comentario de las traductoras
En esta traducción a cuatro manos hicimos un trabajo previo para acordar los nombres de las secciones y nos mantuvimos en constante contacto para cotejar datos y compartir fuentes de consulta. Trabajar así resultó tan ameno como el propio libro. Utilizamos un cuaderno de OneNote, en el que íbamos añadiendo fuentes, textos, citas, imágenes y listas de vocabulario y referencias internas
Fue complicado porque, al venir con una maqueta cerrada, las posibilidades de adaptación eran muy pequeñas y a veces había que hacer gala de muchísima imaginación para compaginar elementos culturales más cercanos a la tradición culinaria francesa (las grasas o los cortes de la carne, por ejemplo) con la realidad española sin perder fluidez. Algunas de las búsquedas más elaboradas, por sus características culturales, fueron los embutidos de vacuno, el aceite de oliva, la nata. Aunque la palma, sin duda alguna, se la lleva el obispillo de pollo.
Traducir libros de cocina es una actividad compleja. Exige mucho rigor terminológico, pero también una gran comprensión cultural de ambos sistemas basada en aspectos muy concretos, en productos que todo el mundo conoce, tiene en su casa o compra con regularidad. Es difícil encontrar el punto adecuado de distancia entre la cultura de origen y la de destino, sin traicionar el original y sin ponerle al lector las cosas demasiado difíciles. Pero también es muy gratificante. Y mucho más si lo haces a cuatro manos, con una compañera con la que es un placer trabajar.