Miércoles, 15 de julio de 2020.
This Little Art, Kate Briggs
Londres: Fitzcarraldo Editions, 2017. 365 páginas.
Isabel Vaquero García de Yébenes
Desde que se publicara en septiembre de 2017, This Little Art no ha estado exento de polémica[1]. A medio camino entre la narración y el ensayo, el libro desconcierta por lo inusitado de la estructura y lo coherente del razonamiento que se despliega a lo largo de las páginas a un ritmo entrecortado pero sugestivo.
El propio título constituye toda una declaración de intenciones, pues denuncia con sagaz ironía actitudes heredadas que se perpetúan en el mundo de la traducción literaria, a la vez que anuncia la conclusión modesta de una meditación que busca abrir nuevos cauces por los que discurrir sobre este «arte».
Kate Briggs, escritora y reconocida traductora al inglés de La préparation du roman y Comment vivre ensemble de Roland Barthes, firma este extenso ejercicio en las lindes del género ensayístico y deudor del formato de conferencias pronunciadas por el crítico y semiólogo en el Collège de France. Se trata de una suerte de bosquejo, que arroja más preguntas que certezas, con claros que aparecen en el papel; espacios en blanco que generan anticipación y silencios que enfatizan palabras recurrentes como interrogantes.
Consciente de la trampa del repliegue endogámico, la autora no prorrumpe en una quejumbrosa letanía de los agravios contra la profesión ni se afana en (des)mitificar la labor traductora, sino que apela al interés de cualquier persona[2] por la literatura para obrar su encantamiento.
Briggs plasma sus cavilaciones, reformulaciones, dudas y digresiones emulando la cadencia del pensamiento y entrevera con rigor académico citas de un nutrido elenco de referentes; embajadores de ideas que se acomodan en el discurso por anamorfosis y que la autora recoge en el apartado de fuentes, salvo en un caso[3].
El hilván narrativo intercala asimismo fragmentos seleccionados de la correspondencia de André Gide y su traductora Dorothy Bussy[4], así como la historia de Helen Lowe-Porter, denostada autora de las primeras traducciones al inglés de la obra de Thomas Mann. Se podría decir que Briggs aplica la triangulación utilizando dichos testimonios para determinar la posición desde la que nos ofrece un relato introspectivo, sin caer en el solipsismo.
Si bien el empleo de figuras retóricas a la hora de evocar ideas complejas genera pasajes luminosos, convirtiendo, por ejemplo, la Biblioteca François Mitterrand de París en un «eco-sistema» de árboles, libros y lectores, también encontramos metáforas que buscan tres patas a una «mesa» y naufragan en la catacresis (quizá de forma deliberada e ilustrativa).
La decisión de referirse a la figura del traductor en femenino llama la atención sobre, al menos, tres aspectos: en primer término, este gesto que algunos podrían tildar de superficial o subversivo refleja una tendencia en cierta medida constatable y no una mera impresión[5]; en línea con esta idea, denuncia los epítetos que implícitamente arrastra la traducción, percibida como actividad anodina, doméstica, caprichosa y servil. Nos recuerda, por último, que en todo momento habla desde su experiencia como traductora, sin intención de pontificar.
Y es que recurre sin reparo a la subjetividad como herramienta hermenéutica y asume sus limitaciones, demostrando una actitud más honesta, comprometida y consecuente que la impostura de la neutralidad y la estrechez de miras de que adolecen bastantes estudios ataviados con paradigmas de oropel, manidas dicotomías simplistas o retórica científico-intelectualista donde se aplican métodos mecánicamente y se mendigan cifras para respaldar una pretendida objetividad.
Briggs se rebela contra las soluciones universales, celebra la diferencia y reivindica la traducción como un proceso azaroso de descubrimiento: «doing something new in the name of againness». Una tarea que no se realiza en aras del progreso, sino por la importancia de las relaciones que se establecen entre las obras y (re)traducciones en circulación. Es preciso esforzarse y considerar la obra derivada en su conjunto, y en sus particularidades. Pequeños detalles que no se deben obviar: parva sunt haec; sed parva ista non contemnendo[6]…
En definitiva, Briggs articula una obra en siete capítulos que aborda con elegancia y humildad una cantidad nada desdeñable de temas (lengua de dragones, glosas, canciones, haikus extraviados, ecos, proyecciones, lecturas, apriorismos, interpretaciones, tempo, el tiempo, distancia, error, estética, crítica, improvisación, artesanía, riesgo, lo mismo de nuevo, Bouvard y Pécuchet, precariedad, atrevimiento, creaciones derivadas, original, recepción, curiosidad, equilibrio y la necesidad trágica de entendernos).
Como ya adelantó Juan de Sola[7], está previsto que la editorial Jekyll & Jill publique la traducción al español de Rubén Martín Giráldez este mismo año.
[1] cf. Moser, B. (2018, 28 de junio). Did He Really Say That? On the Perils and Pitfalls of Translation. The New York Times, www.nytimes.com/2018/06/28/books/review/kate-briggs-this-little-art.html y Parks, T. (2018, 23 de octubre). Why Translation Deserves Scrutiny. The New York Review of Books, www.nybooks.com/daily/2018/10/23/why-translation-deserves-scrutiny
[2] Recuerda a la iniciativa de otra traductora en las redes sociales: Wilson, E. [EmilyRCWilson]. (2019, 22 de enero). This page has the various twitter threads I have done about translation.[Tuit] https://twitter.com/EmilyRCWilson/status/1087765452166782977
[3] «Who was it that said a blank page is never blank, but always written over with quotations from existing works?», p. 256.
[4] cf. Briggs, K. (2012) What we talk about when we talk about translation: The Gide/Bussy correspondence. Translation Studies, 5(1), 64-77, DOI: 10.1080/14781700.2012.628816.
[5] cf. Francí, C. (2020). La feminización del ejercicio profesional de la traducción editorial: entre la precariedad y el entusiasmo. Transfer XV(1-2), 93-114. DOI: 10.1344/transfer.2020.15.93-114
[6] Tito Livio, Ab Urbe condita, VI, 41.
[7] De Sola, J. (2020, 16 de abril). Del amigo, el consejo: entrevista a Juan de Sola. Vasos Comunicantes (53). ISSN: 2174-9310.
Isabel Vaquero García de Yébenes finalizó sus estudios de máster en la Universidad de Alcalá en 2016. Tras una estancia en la Dirección General de Traducción de la Comisión Europea en Bruselas, participó en varios congresos internacionales y obtuvo una beca en la Dirección Académica del Instituto Cervantes. Su traducción de una selección de textos del poeta británico Edward Thomas recibió el Premio Complutense de Traducción Universitaria «Valentín García Yebra» 2018. Actualmente, se dedica a la enseñanza de idiomas, la ilustración y la traducción (inglés, francés y español), al tiempo que cursa el programa de doctorado en Estudios literarios de la Universidad Complutense de Madrid.