Miércoles 16 de septiembre de 2020.
Continuamos en esta serie de entrevistas breves originada en el número 43 de VASOS COMUNICANTES, en esta ocasión con Olivia de Miguel, licenciada en Filología Anglogermánica por la Universidad de Zaragoza, doctora en Teoría de la traducción por la Universidad Autónoma de Barcelona. Traductora literaria, con diversas obras publicadas de autores clásicos y modernos de la literatura inglesa, norteamericana e irlandesa (Orwell, H. James, J. Stephens, Joan Didion, Willa Cather, e e cummings, Edward Said, G.K. Chesterton, Kate Choping o Marianne Moore). Creadora del Master en Traducción literaria y audiovisual del que es directora, así como del postgrado de traducción literaria online del IDEC/Pompeu Fabra. Profesora titular (1992-2013) de la Facultad de Traducción e interpretación de la Universidad Pompeu Fabra. Ha sido también Vicepresidente de la junta rectora de ACE Traductores. Ha recibido el Premio Ángel Crespo de traducción 2006 por Autobiografía, de Chesterton, y el Premio Nacional de Traducción 2011, por Poesía Completa, de Marianne Moore.
Un libro sobre traducción
La literatura sobre traducción, sobre todo la que tiene un enfoque lingüístico, no me resulta en general demasiado estimulante, sin embargo, hay textos y reflexiones sobre lo que significa la traducción desde el punto de vista filosófico, histórico y hasta ético que me han interesado mucho, como por ejemplo L’épreuve de l’étranger, de Bergman, Después de Babel, de Steiner o, en otro orden de cosas, The Translator’s Invisibility de Venutti.
Una traducción favorita (sin perjuicio de todas las demás de los amigos)
Es difícil señalar una porque tenemos colegas extraordinarios que son garantía de traducciones solventes, pero entre algunas de las leídas recientemente diría que Zorba el griego, de Kasantzakis, en la traducción de Selma Ancira y Las pequeñas virtudes, de Natalia Ginzburg, traducido por Celia Filipetto, me han parecido espléndidas.
Un diccionario
Me encantan los diccionarios y las obras de consulta, tengo una gran facilidad para perderme en ellos e ir de un término a otro. Hay veces que una nota, un personaje o un detalle en una obra te hace navegar entre referencias hasta olvidar lo que habías ido a buscar. Recuerdo que, durante los dos años que pasé en Dublín, en la década de los 80, había días que llegaba a la biblioteca del University College (UCD) y me ponía a buscar algo a las nueve de la mañana para acabar tres horas después, sentada en el suelo, en algún pasillo, rodeada de libros.
La búsqueda más rara que has hecho en tu vida
En los años que traduje la Poesía completa de Marianne Moore, hice búsquedas muy curiosas sobre animales extraños, reales o mitológicos, sobre sus costumbres y simbología como, por ejemplo mi querido pangolín, el asombroso jerbo o el pelícano fragata. Con Barry Hannah indagué mucho sobre las peculiaridades del habla de los Apalaches. Recientemente, traduciendo los Diarios de Virginia Woolf, me he encontrado con extraños ritos de iniciación, bromas y novatadas entre los alumnos de Cambridge en los años 1920 que me resultaban difíciles de descifrar. De todas formas, la investigación constante, de lo más sofisticado a lo más cotidiano, está en la base de toda traducción. Afortunadamente hoy en día contamos con muchos recursos para buscar las cosas más insólitas que se nos presenten.