Miguel Cisneros Perales: Arthur Mervyn (o Memorias del año 1793), de Charles Brockden Brown

Viernes, 2 de agosto de 2024.

Miguel Cisneros Perales ha traducido del inglés la obra de Charles Brockden Brown, Arthur Mervyn (o Memorias del año 1793), El Paseo, 2024.

Sinopsis de la obra

Tal como dice la contracubierta de la novela, «Arthur Mervyn es un joven provinciano que, tras la muerte de sus familiares, marcha a la ciudad en busca de fortuna. Llega a Filadelfia durante el año 1793, cuando una terrible epidemia de fiebre amarilla asoló la ciudad y su entorno. Esta historia de transformación de un muchacho de campo en urbanita hecho a sí mismo es la encarnación, con bajada a los infiernos incluida, de uno de los mitos modernos por antonomasia.

Además, el original relato indirecto de su vida, con distintas perspectivas testimoniales, conecta con subtramas en las que se tratan temas históricos como las epidemias y la enfermedad, las revoluciones estadounidense y francesa, la disputa por el control del Atlántico entre Inglaterra y Estados Unidos, el comercio de esclavos o la opresión de las mujeres, mediante un tratamiento nada acostumbrado de la prostitución. Y, sobre todo, el surgimiento de las grandes ciudades norteamericanas, impulsadas por la corrupción mercantil y la sobrepoblación».

 

Comentario del traductor sobre la traducción

Entre la Bildungsroman y el folletín, Arthur Mervyn es un quebradero de cabeza, como novela y como traducción. Si tuviera que resumir en una pregunta el tema central de la obra, sería: ¿quién es Arthur Mervyn? No podemos saberlo. Y ahí reside gran parte del encanto de la novela, en cómo los distintos narradores van dando una versión distinta cada vez y cómo la sospecha sobre las bondades, la malicia o la inocencia de Mervyn planea sobre toda la lectura. Esta sutil ambigüedad, conseguida con un juego de muñecas rusas, con testimonios dentro de testimonios dentro de testimonios que en numerosas ocasiones se confunden entre sí, fue mi obsesión desde el principio. Y si esto fue así fue porque, en contra de mi costumbre, me leí el libro antes de empezar a traducirlo.

Arthur Mervyn transita del XVIII al XIX, del Imperio Británico al Imperio Estadounidense, del antiguo régimen a la revolución y el capitalismo, del gótico al naturalismo, de la novela moral a la novela moderna, de la retórica ampulosa a la frase directa y lacerante. Y es en esos espacios intermedios, indefinidos, donde se alza como obra maestra. Además, pese a ser de las primeras obras, cronológica, temática y hasta espiritualmente, estadounidenses, creo que muchos de sus temas dialogan con el presente.

En ocasiones, mientras la traducía, sentía que la novela me hablaba a mí directamente. Las descripciones de la epidemia y del confinamiento que asolan la ciudad en la primera mitad de la novela, que empecé a traducir en los últimos meses de la pandemia de la COVID-19, son quizá los ejemplos más evidentes. Otro caso más personal sería el personaje del doctor Stevens, médico humanista, profundamente compasivo, sin cuya ayuda Mervyn no habría sobrevivido a las primeras páginas de la novela, en quien yo veía el reflejo de mi padre, también médico, especializado en enfermedades infecciosas, y también persona profundamente humanista en todos los sentidos (del mismo modo, las lecturas de Stevens me recordaban a la biblioteca de mis padres, gracias a la que, sin saberlo, empecé a ser traductor al convertirme primero en lector).

Por lo demás, me topé con los habituales problemas de traducción de este tipo de obras: cronolectos y sociolectos (los diálogos de los cuáqueros y sus thou, por ejemplo), culturemas propios del siglo XVIII estadounidense (por ejemplo, el sistema de clases, las convenciones sociales, el comercio o la organización de las ciudades) y terminología muy diversa (de ámbitos tan dispares como la agricultura, la moda, la navegación, la economía y los seguros mercantiles o la medicina). Entre los recursos que me acompañaron e hicieron más sencilla la tarea, además de los diccionarios especializados o la lectura de otros escritores estadounidenses que trataron temas similares, como Melville o Hawthorne, fueron especialmente útiles los mapas de la Filadelfia de la época digitalizados por la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos, que me permitieron seguir las andanzas de Mervyn sin perderme y entender mejor la expansión calle a calle de la epidemia de fiebre amarilla, descrita con precisión de epidemiólogo, y sus implicaciones sociológicas, resumidas en una idea clave: seguir siempre el rastro del dinero.

 

Enlace a las primeras páginas.

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