Del amigo el consejo: Fernando Toda Iglesia

Lunes, 20 de marzo de 2023.

Continuamos esta serie de entrevistas breves originada en el número 43 de VASOS COMUNICANTES, en esta ocasión con  Fernando Toda Iglesia, que ha traducido a autores como Walter Scott, James Joyce, Anthony Burgess, Edith Wharton, Charles Dickens, Robert Browning y William Wordsworth. Fue profesor de historia de la lengua inglesa en la Universidad de Sevilla, y de traducción de inglés en la Facultad de Traducción y Documentación de la de Salamanca. Con una ayuda del Ministerio de Cultura, tradujo La gesta de Roberto de Bruce, de John Barbour (1376), y está terminando la traducción del otro poema épico sobre las guerras de independencia de Escocia, The Wallace (1478), del autor conocido como Hary.

Un libro sobre traducción

Dos, ambos sobre enseñanza de la traducción. Fui de los profesores que pasaron de dar clase en Filología a darla en Traducción e Interpretación a primeros de la década de 1990 y, aunque había traducido algunos libros, no tenía experiencia en enseñar a traducir. Me ayudó mucho un librito de Wilhelm K. Weber, director del Monterey Institute of International Studies de California, Training Translators and Conference Interpreters, de 1984. El otro que me resultó muy útil para esas clases de traducción de inglés a español era en realidad un manual para la enseñanza de traducción inversa, alemán-inglés. Se llama In other words… Arbeitsbuch Übersetzung, es de 1989, y está escrito en inglés. Las autoras son Veronica Smith y Christine Klein-Braley. Es una aplicación de la skopostheorie o teoría del escopo, con modelos de análisis del texto, ejercicios muy razonables y una serie de «consejos prácticos» muy sensatos.

Una traducción favorita

 La marcha Radetzky de Joseph Roth, traducida por Isabel García Adánez en Alianza en 2020. Unos años antes, por recomendación de un amigo, había empezado a leer una traducción anterior. Pese a lo bien elaborada que está la historia, a través de tres generaciones, se me hizo difícil de leer, y no la terminé. La versión nueva me pareció más viva y la leí rápido y más a gusto. No sé alemán, así que en este caso soy un «usuario puro», y en esta traducción encuentro detalles, incluido el uso de los diminutivos, que me hacen disfrutar del texto.

En cuanto a poesía, me gustó mucho la versión de El paraíso perdido de Milton que hizo Manuel Álvarez de Toledo y que publicó la Universidad de Cádiz en 1988. Es una traducción en endecasílabos que suena muy bien. Pero podría decir lo mismo de la de Esteban Pujals, también en endecasílabos, publicada por Cátedra en 1986. Es una de las cosas fascinantes de la traducción: dos versiones del mismo texto, las dos buenas y las dos notablemente distintas.

Un diccionario

Recomiendo, y no solo para estudiantes, el Collins Cobuild English Dictionary. Ahí hay que acudir a menudo antes de ir al bilingüe, y su manera de definir, sobre todo para los verbos, es de una claridad que se echa de menos al usar el DRAE. Por las excelentes indicaciones sobre uso, también es utilísimo para traducir al inglés.

Como llevo un par de años con la traducción del poema épico The Wallace, tengo que nombrar el sitio web de los Dictionaries of the Scots Language / Dictionars o the Scots Leid, donde consulto el Dictionary of the Older Scottish Tongue. Es estupendo disponer de él online; cuando estaba traduciendo el Bruce, en la década de 1990, tuve que ir a Edimburgo una temporada para buscar palabras en ese diccionario histórico, del que aún faltaba por publicar al menos un tomo. Las cosas han cambiado mucho desde entonces, en este caso sin duda para bien.

Sigo encontrando útil el Diccionario ideológico de la lengua española de Julio Casares. De vez en cuando la parte ideológica me ayuda a encontrar esa palabra que resulta más adecuada que la que se me ha ocurrido o me ofrece el bilingüe.

La búsqueda más rara que he hecho en mi vida

Hablaré de cómo el autor me ahorró complicarme y emplear tiempo en una búsqueda que yo me había planteado mal. En la novela Mailman, del estadounidense J. Robert Lennon, el narrador menciona una pegatina en el parachoques de un coche, y sale así: «I ♠ MY CAT». Me empeñé en interpretar el símbolo como un ideograma, influido por el dibujo de un corazón para indicar, por ejemplo, «I love New York». Aunque sabía que el símbolo de la pica se llama spade, que es una pala, y que así se suele aludir a la del enterrador, y averigüé que en cartomancia representa la muerte, encontraba poco probable que la pegatina proclamara que alguien había matado o sepultado a su gato. Debo confesar que no conocía el verbo to spay, que es quitar los ovarios a un animal, de manera que el sonido /speid/ no me ayudaba nada en ese sentido. El autor me explicó que había que entenderlo fonéticamente como «I spayed my cat», y en mi traducción (Cartero, Tropismos, 2005), opté por «Yo KP a mi gato» para buscar un efecto parecido; el animal cambió de sexo, pero siguió vivo, y creo mantuve la función de la pegatina.

1 Comentario

  1. Isabel HM

    ¡Qué buena la solución de «KP»! 🙂