Meditación, Marco Aurelio

Viernes, 13 de diciembre de 2024.

La sección JUEGOS DE PALABRAS, que cuenta ya con una larga tradición en VASOS COMUNICANTES, se inició en el número 2 de la revista, publicado en 1993-1994, con este de William Shakespeare.

El objetivo es que el lector juzgue las distintas versiones sin saber quiénes son los autores, ya que «la solución» al juego se da al final del artículo. 

De un tiempo a esta parte, el estoicismo se está convirtiendo en una corriente de pensamiento muy popular. Basta observar que cada vez hay más obras divulgativas que pretenden conectar la escuela de pensamiento fundada por Zenón de Citio con la vida de los lectores del siglo XXI, o que los textos clásicos estoicos que nos han llegado de la antigüedad se reeditan constantemente, o la proliferación de pódcast con recomendaciones para llevar una vida estoica. Pero las interpretaciones modernas no siempre se ajustan a la teoría original: algunos criptobros seguidores de Marco Aurelio, Epicteto o Séneca retuercen el mensaje de estos autores, quedándose con una parte de su ética pero descartando la metafísica que le da sentido, para acomodarlo a una visión marcadamente machista, materialista e individualista que parece más bien una caricatura de los principios filosóficos a los que se refieren. No hay más que ver algún vídeo de Llados citando al emperador estoico para quedar, como poco, boquiabierto (Adrià Porta analiza muy bien esta deriva del estoicismo en su artículo para Cataluña Plural titulado «“Fuck, tienes panza!”: Llados o por qué vivimos en una época estoica imperial»).

Pero dejemos de lado esta relectura moderna, parcial y desinformada del estoicismo y volvamos a los clásicos para aprender de ellos, disfrutarlos y reflexionar con nuestros colegas traductores sobre las distintas maneras de interpretar sus textos. A continuación, veamos la primera meditación del libro III de la obra Τ ες αυτόν de Marco Aurelio en cuatro versiones españolas.

Retrato del emperador Marco Aurelio (Museo de Louvre). Imagen de Wikipedia Commons

 

TEXTO ORIGINAL

Οὐχὶ τοῦτο μόνον δεῖ λογίζεσθαι, ὅτι καθ ἑκάστην ἡμέραν ἀπαναλίσκεται ὁ βίος καὶ μέρος ἔλαττον αὐτοῦ καταλείπεται, ἀλλὰ κἀκεῖνο λογιστέον, ὅτι, εἰ ἐπὶ πλέον βιῴη τις, ἐκεῖνό γε ἄδηλον, εἰ ἐξαρκέσει ὁμοία αὖθις ἡ διάνοια πρὸς τὴν σύνεσιν τῶν πραγμάτων καὶ τῆς θεωρίας τῆς συντεινούσης εἰς τὴν ἐμπειρίαν τῶν τε θείων καὶ τῶν ἀνθρωπείων. ἐὰν γὰρ παραληρεῖν ἄρξηται, τὸ μὲν διαπνεῖσθαι καὶ τρέφεσθαι καὶ φαντάζεσθαι καὶ ὁρμᾶν καὶ ὅσα ἄλλα τοιαῦτα, οὐκ ἐνδεήσει˙ τὸ δὲ ἑαυτῷ χρῆσθαι καὶ τοὺς τοῦ καθήκοντος ἀριθμοὺς ἀκριβοῦν καὶ τὰ προφαινόμενα διαρθροῦν καὶ περὶ αὐτοῦ τοῦ εἰ ἤδη ἐξακτέον αὑτὸν ἐφιστάνειν καὶ ὅσα τοιαῦτα λογισμοῦ συγγεγυμνασμένου πάνυ χρῄζει, προαποσβέννυται. χρὴ οὖν ἐπείγεσθαι οὐ μόνον τῷ ἐγγυτέρω τοῦ θανάτου ἑκάστοτε γίνεσθαι, ἀλλὰ καὶ διὰ τὸ τὴν ἐννόησιν τῶν πραγμάτων καὶ τὴν παρακολούθησιν προαπολήγειν.

 PRIMERA TRADUCCIÓN:

No se debe contentar uno, con hacerse solo la cuenta que, acortandosele de dia en dia el tiempo de la vida, la parte que lé queda, por instantes se lé vá haciendo menor; sino que mucho mas debe reflexionar, que si mas tiempo viviere, estará siempre incierto, si una igual disposición de mente, en que se halla, lé acompañará en adelante, pronta para la inteligencia de las cosas ocurrentes; y para aquella meditación, que de suyo conduce al verdadero conocimiento de las cosas divinas, y humanas. Porque si una vez la razón empezare á flaquear, por más que no le falte á uno, ni la transpiración, ni la nutrición, ni la fuerza de imaginar, y de apetecer, ni de otras facultades semejantes; con todo, se lé apagará el vigor, para poder usar de sí mismo; para cumplir á la perfeccion con su deber; para ordenar, y arreglar bien sus pensamientos; y para resolver con madurez, si ya es tiempo de darse la muerte; finalmente, para executar todas aquellas cosas, que piden una razon exercitada, y vigorosa. Conviene pues darse priesa, no solo porque por momentos se vá uno acercando mas á la muerte; sino porque de antemano lé vá desamparando tambien el conocimiento, y reflexion en los negocios ocurrentes.

SEGUNDA TRADUCCIÓN

Conviene no sólo hacerse la cuenta que la vida se consume de día en día y que se acorta la parte restante. Débese, mucho más, reflexionar otro extremo. Aunque el hombre viviere largos años, estará siempre incierto si le bastará la igual disposición de mente en que se hallare para comprender las cosas ocurrentes y la teoría encaminada al conocimiento de las cosas divinas y humanas. Por más que empiece a chochear, no le habrán de faltar, sin duda, la respiración, la nutrición, la imaginación, los movimientos y las otras funciones de este orden; pero el vigor para disponer de sí mismo, para cumplir perfectamente con sus deberes morales, para analizar sus pensamientos, para resolver también si es ya tiempo de abandonar este mundo, y para entregarse a todas las actividades que requieren una razón ejercitada, todo esto ya con anterioridad se extingue. Conviene, pues, apresurarse, no sólo porque por momentos se avecina uno a la muerte, sino porque se pierde de antemano el conocimiento y la reflexión de las cosas ocurrentes.

 TERCERA TRADUCCIÓN

No sólo esto debe tomarse en cuenta, que día a día se va gastando la vida y nos queda una parte menor de ella, sino que se debe reflexionar también que, si una persona prolonga su existencia, no está claro si su inteligencia será igualmente capaz en adelante para la comprensión de las cosas y de la teoría que tiende al conocimiento de las cosas divinas y humanas. Porque, en el caso de que dicha persona empiece a desvariar, la respiración, la nutrición, la imaginación, los instintos y todas las demás funciones semejantes no le faltarán; pero la facultad de disponer de sí mismo, de calibrar con exactitud el número de los deberes, de analizar las apariencias, de detenerse a reflexionar sobre si ya ha llegado el momento de abandonar esta vida y cuantas necesidades de características semejantes precisan un ejercicio exhaustivo de la razón, se extingue antes. Conviene, pues, apresurarse no sólo porque a cada instante estamos más cerca de la muerte, sino también porque cesa con anterioridad la comprensión de las cosas y la capacidad de acomodarnos a ellas.

 CUARTA TRADUCCIÓN

Debemos pensar no solo que la vida se consume día a día y que la parte que nos va quedando es menor, sino también que, aunque se llegue a vivir mucho tiempo, seguirá sin estar claro si la inteligencia va a continuar siendo suficiente, como hasta entonces, para comprender las cosas y emprender la reflexión que conduce al conocimiento de las cosas divinas y humanas. Si sus facultades comienzan a debilitarse, no dejará de respirar, de alimentarse, de tener sensaciones, ni de tener impulsos ni todo lo demás. Pero servirse de uno mismo, precisar cuántos son sus deberes, analizar los fenómenos, también meditar si ya uno ha de marcharse y todo cuanto requiere un entendimiento muy ejercitado se extingue antes. Tenemos, pues, que apresurarnos: no solo porque cada vez estemos más cerca de la muerte, sino porque antes de ella cesan nuestro entendimiento y nuestra interrelación con las cosas.

SOLUCIÓN AL JUEGO DE PALABRAS:

Estos son los nombres de los traductores y las ediciones a las que pertenecen las versiones presentadas anteriormente:

Primera traducción: Jacinto Díaz de Miranda, Soliloquios ó reflexiones morales del emperador Marco Aurelio, Imprenta de Antonio Sancha (1785).

Segunda traducción: Miquel Dolç, Soliloquios (1945). Actualmente publicada por Taurus con el título Meditaciones.

Tercera traducción: Ramón Bach Pellicer, Meditaciones, Biblioteca Clásica Gredos (1977).

Cuarta traducción: Jorge Cano Cuenca, Meditaciones, editorial EDAF (2007).

 

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