Lo que dio de mí agosto, María Alonso Seisdedos

Lunes, 18 de septiembre de 2023.

Me había propuesto no trabajar en lo que me da de comer en agosto y, aun así, me lo prometía muy feliz. Feliz dentro de lo infeliz que me veo abocada a ser, siempre remando contra la corriente, en lo íntimo y en lo externo, intentando que la marea no se me lleve ni se lo lleve por delante todo (todo es el planeta, pues que el universo me viene grande). Me lo prometía felicísimo leyendo, leyendo, leyendo, sentada en una terraza con vistas alternadas al río y al libro, un libro no cualquiera, varios libros incluso, y de espaldas a la destrucción implacable que perpetran por estos pagos y por tantos otros los codiciosos. La propuesta enseguida se vio que no era realista, que no se me iba a permitir tal sosiego y un día surgió un no te importaría, (que rima con mi nombre, que iba detrás, y ya saben que una por una rima…) y al otro un ahí van estas revisiones y a ver si las pudieras (me ablandan no poco la poca firmeza los buenos modales) y que si unos informes de lectura para esto y lo otro, siendo que lo otro eran proyectos de futuro que quizá, ojalá, den algún día flor y luego fruto sin bicho dentro. El no trabajar en lo que me da de comer se me fue en un trepar montes por O Courel y desayunar queso de vaca de O Cebreiro y en un llanear campos castellanos y merendar queso de cabra y oveja, mis dos tierras, mis dos identidades, mis quesos, en dar la espalda a la destrucción implacable de los codiciosos y sus plásticos y sus plaguicidas. También me terminé, eso sí, sin terrazas, que las terrazas en agosto están llenas de gritos y el río de rugidos de motores, olor a gasolina y exhibiciones de impotencia mental, sino en casa, con una infusión de roiboos y frutos del bosque que no han visto un bosque en su vida a la izquierda y el lápiz de poner signos de admiración a la derecha, el primer volumen que es un dos por uno del más célebre y extenso relato de Proust, justo, ese donde se come la magdalena, arrastrada por sus oraciones casi infinitas en una era literaria esta de frases cortadas como exabruptos con cuchillos romos y mellados, paladeando entre coma y coma la maestría con que ha bordado la traducción el dueto que componen Maite Gallego Urrutia y Amaya García Gallego para Alba Editorial (2022) y de la que entresaco, por qué no, este fragmento, a modo quizá de señuelo que os incite a buscar el tiempo que nunca será perdido sino mil por mil y una veces ganado en la inmortalidad de vivir tantas vidas ajenas en sus cerca de mil páginas: «como los alumnos que captan de forma más completa el sentido de una frase cuando se los obliga, con la traducción directa e inversa del latín, a desnudarla de las formas a las que están acostumbrados», conteniendo el aliento y la concentración, maravillada de la capacidad humana también para crear belleza en un triple salto en el aire del lenguaje mientras fuera pájaros, perros y moscas dormitaban. Gracias, traductoras.

 

 

María Alonso Seisdedos (1961) es traductora y correctora a partes iguales y con la misma pasión. Se licenció en Filosofía y Letras (División de Filología, Sección Filología Hispánica) por la UAB (1984) y en Filología (Sección Filología Gallego-Portuguesa) por la USC (1988). En 1986 se inició en los misterios de la traducción de audiovisuales para doblaje y subtitulación, labor que compaginó con la corrección ortotipográfica y de estilo para diversas editoriales. El sueño de acceder a la traducción literaria se le cumplió en 2009, con O museo da inocencia (Masumiyet müzesi), de Orhan Pamuk, en colaboración con Bartuk Aykan, que fue reconocida con el premio de la Asociación de Escritores en Lingua Galega a la Mejor Traducción de ese año. Desde entonces se ha enfrentado a diversas obras de literatura para adultos y de infantil y juvenil. Por la versión gallega de Ulises de James Joyce, recibió, junto a sus colegas Eva Almazán, Antón Vialle y Xavier Queipo, los premios a la Mejor Traducción de 2013 de Fervenzas Literarias, el Lois Tobío de Traducción de la Asociación Galega de Editores, el Irmandade do Libro de la Federación de Librerías de Galicia, y el de la AELG a la Mejor Traducción de 2013, además del Premio Nacional a Mejor Traducción 2014 que otorga el Ministerio de Cultura, Educación y Deporte. En 2018 recibió el premio Xela Arias que otorga la AGPTI por su trayectoria  profesional.

Traduce de alemán, catalán, francés, inglés, italiano y portugués a gallego y castellano. Y de mayor quiere ser bióloga.

9 Comentarios

  1. Isabel HM

    ¡Pobre María! 😉

  2. Concha

    En agosto, frío en el rostro, pero me parece que frío no has llegado tener, ¿eh, María? Pues no, no eres María la Grande, eres María la Grandérrima.

  3. Isabel+Ll

    Maravilloso. Habrá que releerlo, porque no hay ni una palabra en este artículo detrás de la que no se esconda algo. Qué pícara esta mujer.

  4. Delicioso artículo, María.

  5. Amalia Rodríguez Monroy

    Sí, delicioso y realista!👌🏼👌🏼👌🏼Incita de veras!!
    Enhorabuena!

  6. Pilar Comín

    ¡Qué agosto tan bien aprovechado y mejor contado!

  7. Gracias, colegas. Tendré que invitaros a queso.

  8. Brais

    Precioso, María. ¿De dónde es la cita sobre traducir del latín?

  9. Hola, Brais:
    La cita corresponde al libro A la sombras de las muchas en flor (Segunda parte: Nombres de comarca: la comarca) y en la traducción de Maite y Amaya está en la página 752.
    Gracias por tu comentario. 🙂