Lunes, 6 de marzo de 2023.
Continuamos esta serie de entrevistas breves originada en el número 43 de VASOS COMUNICANTES, en esta ocasión con Irene de la Torre Perelló (Madrid, 1988), licenciada en Economía y en Traducción e Interpretación. Desde 2014 es traductora autónoma a tiempo completo, combinando la traducción literaria y editorial con la de todo tipo de documentos del neerlandés, inglés, francés y catalán al castellano. En 2017-2019 fue seleccionada para participar en el proyecto europeo Connecting Emerging Literary Artists como traductora de neerlandés a castellano, donde tradujo obra de tres autores holandeses. Ha publicado traducciones en las editoriales Turner, Lengua de Trapo y Geoplaneta, y también es lectora editorial para Navona. Además, ha realizado varios cursos de relato en la escuela de escritura Hotel Kafka con Eloy Tizón y ha publicado en revistas de literatura, como La Gran Belleza, y en fanzines, tanto con sus traducciones como con su propia obra. Actualmente prepara su primera colección de relatos.
Un libro sobre traducción
Un manual de traducción que me apasiona y que me ha ayudado muchísimo en la forma de enfocar mis traducciones es «Schrijven als een ander. Over het vertalen van literatuur» de Maarten Steenmeijer [Escribir como si fueras otro. Sobre la traducción de literatura]. Este manual solo está disponible en neerlandés, pero hace una reflexión nada ortodoxa de lo que sería una buena traducción con ejemplos concretos de traducciones del castellano al neerlandés. Para mí ha supuesto mucho y lo tengo de referencia para mis traducciones.
Algo que también me gusta mucho son los manuales de escritura. No concibo una buena traducción si de base no se sabe escribir bien. Solo si entiendes cómo está formado un texto, qué es lo que hace que sea atractivo, que enganche o qué cosas debes evitar; en definitiva, solo cuando conoces realmente el escenario al que se ha tenido que enfrentar el escritor o la escritora, puedes crear un texto, una traducción, tú misma. Siempre he pensado que traducir es escribir con un guion. Dicho esto, me gustaría mencionar un manual de escritura que me parece estupendo, que me ha ayudado muchísimo y que tengo como referencia: Escribir cuento. Manual para cuentistas, VV. AA., editorial Páginas de Espuma. Lo consulto muchísimo y lo releo siempre que puedo.
También me gustaría citar dos libros relacionados con la traducción que están disponibles en castellano. Hace unos años leí La tarea del traductor de Walter Benjamin, editorial Sequitur, y le tengo el ojo puesto a un libro de reciente publicación, La impostora, de Nuria Barrios también en la editorial Páginas de Espuma.
Mi sensación es que la traducción es más práctica que teoría, por eso también me gusta mucho traducir pequeños fragmentos de textos que ya se han publicado y comparar mi traducción con la ya publicada. Es como dialogar con mis compañeros sin que estos estén presentes y sin hablar directamente con ellos. De esta forma me enseñan muchísimo, sin ellos saberlo.
Y, para terminar, me parece importante mencionar que la lectura es la mejor maestra. Si no se lee, no se puede escribir bien, ni, por tanto, traducir bien. La lectura es el mejor manual de traducción (y de escritura) para mí.
Una traducción favorita
Voy a decir dos traducciones favoritas:
Cuentos, John Cheever. Literatura Random House. Traducción de José Luis López Muñoz.
Todos los cuentos, Clarice Lispector. Alba editorial. Traducción de Elena Losada Soler.
Y en este caso no es porque haya comparado las traducciones, sino porque he gozado de su lectura como si estuvieran escritos originalmente en castellano, y eso es la mejor prueba de la buena calidad de una traducción.
Un diccionario
Soy traductora del neerlandés y le tengo un cariño especial al Grote Woordenboek der Nederlandse Taal, Van Dale, 1976. Es un diccionario que recogí literalmente de la calle en Bélgica, en mis años de estudiante Erasmus. Lo habían abandonado al final de la jornada de un mercadillo de antigüedades, dándolo por perdido, y yo estoy muy contenta de haber pasado por allí en ese momento. Se trata de dos tomos muy antiguos y es un diccionario de definiciones en neerlandés. Lo guardo como si fuera un tesoro, ha sobrevivido a varias mudanzas, a pesar de su gran volumen. Aunque no esté actualizado, me sirve mucho si, por ejemplo, tengo que hacer una traducción del año en el que está publicado el diccionario, ya que en él he encontrado palabras que no he podido encontrar en Internet.
Por otro lado, los diccionarios de definiciones en la lengua origen me suelen gustar mucho más que los diccionarios bilingües. Solo si entiendes bien el significado en la lengua de origen puedes encontrar la palabra adecuada en tu idioma. A mí me habría encantado ser lexicógrafa, pero eso ya es otro tema…
La búsqueda más rara que he hecho en mi vida
No sé si búsqueda, pero lo más raro que he tenido que traducir, o al menos que recuerde ahora, fue en la traducción que hice del libro Cómo crear un ser humano, de Philip Ball, Editorial Turner. En un capítulo habla de los «bebés diseño». Recuerdo que me quedé entre fascinada y horrorizada con el concepto, y todavía tengo pesadillas con él… Copio y pego el párrafo en cuestión:
Cuando la tecnología despegaba a finales de la década de 1960, el escritor médico de Time, David Rorvik, describió el futuro según el biólogo reproductivo E. S. E. Hafez.
[Él] prevé el día, tal vez dentro de tan solo diez o quince años, en el que una mujer pueda pasear por un supermercado especializado y seleccionar a su bebé de entre una amplia selección de embriones congelados del día anterior, con la garantía de que estén ausentes todos los defectos genéticos y con el sexo, el color de los ojos y su probable cociente intelectual detallados en la etiqueta. También podría incluirse en el exterior del paquete una imagen en color del producto en edad adulta.
Buf, sí, ¡qué mal rollo ese párrafo final!
Apunto tus recomendaciones, Irene. ¡Gracias!
Isabel