Sábado, 23 de abril de 2022.
Desde 2015, los alumnos de la asignatura de Traducción Literaria de la Facultad de Traducción e Interpretación de la Universidad Autónoma de Barcelona colaboran con una lectura en los actos organizados por ACE Traductores con motivo del 23 de abril, Día Mundial del Libro y del Derecho de Autor. La lectura de este año es la tercera en el formato digital inaugurado en 2020 como consecuencia de la pandemia de covid-19. Así, tras «Algunas reflexiones sobre el sapo común» de George Orwell (2020) y «El corazón delator» de Edgar Allan Poe (2021), presentamos en esta ocasión «Un fantasma gramatical» de Elia W. Peattie.
Mucho menos conocida que los autores de las dos ediciones anteriores, Elia Wilkinson Peattie (1862-1935) fue una de las primeras mujeres en ejercer profesionalmente como periodista en los Estados Unidos, país en el que en 1880 las mujeres apenas representaban el 2,5 % del total de la profesión (12.308). Fue contratada por el Chicago Tribune (se convirtió en la primera mujer periodista de ese diario y la segunda de la ciudad de Chicago) en 1886, cuando su director consideró más económico tenerla en plantilla que pagarle el premio del concurso de relatos que convocaba semanalmente el periódico y que ella ganaba una y otra vez. Perteneció a la generación que a finales del siglo XIX amplió los límites de la participación de las mujeres en la sociedad al tiempo que luchó por el sufragio femenino, la independencia económica y múltiples causas sociales. Se opuso a la idea de respetabilidad heredada de la mentalidad victoriana y reivindicó el derecho de las mujeres a ser «indecorosas»: «Para ser perfectamente respetable hay que no haber hecho nada en absoluto —escribió—. Una muñeca de trapo, querida señora, es siempre decorosa». Casada con el también periodista Robert Peattie, con quien colaboró en muchos de sus trabajos y con el que tuvo cuatro hijos, Elia Peattie escribió prolíficamente durante una vida profesional que se prolongó durante medio siglo (1882-1932). Sus biógrafos calculan que escribió más cinco mil reseñas literarias y centenares de relatos, artículos y poemas en diferentes periódicos. Entre esas miles de páginas, dejó escritas frases como las siguientes: «El tiempo de los hombres no es tan importante como ellos creen», «Para que una mujer sea buena o capaz, primero tiene que ser inteligente» o esta otra, donde asoma ya Virginia Woolf, «En cierto modo, una mujer es como un gato. Le gusta tener su rincón».
«Un fantasma gramatical» se publicó en 1898. El relato presenta algunas dificultades de traducción interesantes, como las relacionadas con algunos aspectos sociales y culturales de la época o la aparición final de un fragmento que exige una cuidadosa reformulación. La versión leída refleja la plantilla interpretativa sobre la que trabajamos durante varias semanas en el aula; procede de las notas preparatorias de las clases, enriquecidas por el debate colectivo llevado a cabo a lo largo de las sesiones y que luego se reflejó de diferentes maneras en los trabajos finales presentados. La traducción final también se ha beneficiado de las conversaciones mantenidas con Jacquie Minett sobre algunos detalles del original y de la revisión del castellano realizada por Soledad Galilea. La lectura del texto ha sido llevada a cabo por cuatro participantes en el curso de Traducción Literaria, que acogieron con entusiasmo la iniciativa. Son, por orden de aparición: Dana Perea Peña, Maddi Iztueta Olano, Rafael Montón Gómez y Alexandra Sandino Campos.
Lectura del relato «Un fantasma gramatical» de Elia W. Peattie en versión realizada en la asignatura de Traducción Literaria impartida por Juan Gabriel López Guix durante el curso académico 2021-2022 en la Facultad de Traducción e Interpretación de la Universidad Autónoma de Barcelona.
La lectura ha sido realizada por participantes de dicha asignatura en el marco de los actos organizados por ACE Traductores con motivo del Día Mundial del Libro y del Derecho de Autor 2022.
Leen, por orden de aparición: Dana Perea Peña, Maddi Iztueta Olano, Rafael Montón Gómez y Alexandra Sandino Campos.