Más perlas cultivadas, Ricardo Bada

Lunes, 28 de febrero de 2022.

Estuve viendo Piroschka por segunda vez en mi vida, y la primera en alemán. Recuerdo su estreno en Sevilla, cuando estudiaba Derecho en su alma mater, y también que me encantó la protagonista, Liselotte Pulver, pero lo que más me gustó de todo fue: a) la inspiradísima música, que tanto le debe a Brahms y a sus danzas húngaras; y b) que no tuviese el convencional happy end de las pelis de Hollywood. Luego, en Alemania, aunque he tenido muchas ocasiones de verla en TV, porque es un film «de repertorio», nunca quise hacerlo, para no cotejarla con el recuerdo que tenía de ella. Pero hace un par de noches decidí volverla a ver y para nada estoy arrepentido: es una peli menor, e incluso algo kitsch, pero Piroschka te roba el corazón.

Por cierto que buscando un enlace para un hipervínculo en la publicación de esa entrada de mi diario en Fronterad.com, encontré en Wikipedia una nota donde se dice que «la pólvora juega vivaz y divertida» en vez de «la Pulver actúa vivaz y divertida»… Y bueno, qué culpa tiene el traductor automático de que el apellido de Liselotte signifique «pólvora» en alemán, y el verbo «spielen» signifique «jugar» además de «actuar»: su dizque inteligencia es sólo artificial, pobre tipo, como diría Cortázar.

 

 

La frase «Con la iglesia hemos topado, amigo Sancho» es un error interpretativo de lectura por el cual el primero que lo hizo, seguro que con toda intención, le atribuyó a Cervantes una intención que Cervantes nunca tuvo… posiblemente (hago la salvedad, porque nunca se sabe).

Pero lo cierto es que el error quedó como expresión proverbial en el acervo del idioma. Algo de lo mismo sucede en el alemán con la traducción del título de la novela de Dostoiewski que en castellano conocemos como Crimen y castigo.

El caso es que un día, a pocas semanas de haber llegado a Alemania, y husmeando libros en Bouvier, una de las mayores librerías del país, en Bonn, cuando era su capital, descubrí el nombre de Dostoievski en el lomo de un libro que se titulaba Schuld und Sühne, y lo abrí y apenas vi los nombres Raskolmikov, Alona, Dunia, Sonia, Porfirio Petróvich… inocente de mí pensé que «crimen» en alemán era «Schuld» y «castigo» era «Sühne». Algún tiempo después, cuando ya me manejaba con más soltura en el idioma de Heine, supe que la versión literal del título original ruso en alemán sería en verdad Mord und Strafe, literalmente Crimen y castigo.

Pero no, cuando la novela se tradujo por primera vez a este idioma, en 1882, el traductor o la editorial la titularon Schuld und Sühne, es decir, Culpa y expiación, y ese emparejamiento, «Schuld und Sühne», ha quedado para siempre grabada en el repertorio de la lengua alemana, como cuando decimos en español «El que la hace, la paga».

 

 

Leyendo el segundo caso de la saga policial noruega de los comisarios Gunnarstranda y Frølich (Mannen i vinduet, de Kjell Ola Dahl) descubro este diálogo:

—La obra será de todos modos espantosamente aburrida…
—¿Borkman? Yo creía que Ibsen te parecía formidable —murmuró él.
—No en neonoruego —dijo ella—. Traducir Ibsen al neonoruego es algo que concita en sí todo lo que encuentro idiota en la escena cultural de este país.

Gracias a ello continúo desasnándome, porque una frase como esta me mueve a consultar las enciclopedias y me entero de que en Noruega se hablan y se escriben dos idiomas, el Bokmål (o lengua de los libros) y el Landmål (o lengua del país, hoy llamada también Nynorsk, o sea, neonoruego), y si bien existe una comisión lingüística oficial encargada de unificarlas, hasta ahora no se ha conseguido; tan sólo una quinta parte de los alumnos del país reciben enseñanza en neonoruego, aunque se trate de la lengua hablada más difundida. Pero Tove, la pareja de Gunnarstranda, tiene razón: oír a Ibsen en neonoruego, en Noruega, sería como oír a Shakespeare en cockney, en Inglaterra.

 

 

Uno de mis pocos poemas en alemán (a decir verdad más bien un epigrama) dice lo siguiente:

Wenn man Deutschland ins All schicken würde
sollte man es mit der Aufschrift versehen:
SPERRGUT.

Su tercer verso es imposible de traducir a ningún idioma. En español sonaría así:

Si al espacio Alemania se enviase
debería pegársele esta etiqueta:
GRAN TAMAÑO.

O tal vez GRAN BULTO. Pero en cualquier caso, esta traducción «postal» o «volumétrica» de SPERRGUT no recoge el matiz negativo del prefijo Sperr que aparecería en la traducción de casi todas las demás palabras donde interviene: Sperrfeder, «muelle de bloqueo»; Sperrfeuer, «fuego de barrera»; Sperrgebiet, «zona prohibida»; Sperrgesetz, «ley prohibitiva»; Sperrgürtel, «cordón sanitario»; Sperrguthaben, «saldo bloqueado; Sperriegel, «cerrojo de seguridad»; Sperrkette, «cadena de seguridad»; Sperrmauer, «muro de contención»; Sperrstunde, «hora de cierre» (de las tiendas, de las tabernas); Sperrung, «obstrucción»; Sperrzoll, «arancel prohibitivo», etc.

Y aquí entra en juego justamente el mecanismo que funciona cuando un extranjero escribe en otro idioma. Una persona de habla alemana lee SPERRGUT y sólo piensa en mercancías o en bultos de gran tamaño, o voluminosos, para su expedición, postal o no . El extranjero se detiene en Sperr y hace su apuesta a un juego de palabras, a una vuelta de tuerca en el sentido del prefijo Sperr. Así las cosas, la traducción correcta de mi epigrama podría ser entonces, de acuerdo con mi intención irónica:

Si al espacio Alemania se enviase
deberían pegarle esta etiqueta:
BULTO OBSTRUCTIVO.

 

 

 

Ricardo Bada (Huelva, España, 1939), escritor residente en Alemania desde 1963. Coeditor allí de dos antologías de literatura española contemporánea, y en solitario, de la obra periodística de García Márquez y los libros de viaje de Camilo José Cela. Editor en España de la poeta costarricense Ana Istarú, y en Bolivia de la única antología integral en castellano de Heinrich Böll (Don Enrique).

 

 

 

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3 Comentarios

  1. Anahi

    Muy buena la traducción de SPERRGUT, Ricardo. Por cierto, lo de la Wikipedia no lo encuentro, ¿se ha eliminado ya?

  2. Siempre aclarando las cosas. Gracias.

  3. VM

    No se olvide Ud. del adjetivo «sperrig».
    ¿Qué tal quedaría «mamotreto» o incluso «armatoste»? No tiene el mismo toque «behördlich» de «Sperrgut» (sperriges Gut) pero habría sido mi traducción.
    Gracias por el artículo.