Una idea para un fraude, Jordi Fibla

 Lunes, 5 de julio de 2021.

Un amigo, sabedor de que tengo entre manos un trabajo sobre la traducción y sus fraudes, me pregunta si he perpetrado alguno.

Cuando has traducido demasiado es posible que hayas cometido algún que otro fraudecillo ─le respondo─, pero ninguno parecido al que se me ocurrió cuando releía Ulysses. Una simple idea, desde luego, pues no he sido uno de los pocos agraciados con la posibilidad de traducir ese monumento y, aunque hubiera pertenecido a un club tan exclusivo, no habría podido llevarla a la práctica por elemental prudencia.

En la página 53 de la Annotated Student Edition, Modern Classics de Penguin, leemos:

Your postprandial, do you know that word? Postprandial. There was a fellow I knew once in Barcelona, queer fellow, used to call it his postprandial.

Pues bien, hay en esa edición diecisiete notas sobre el texto de la página 53, y ninguna de ellas se refiere al señor de Barcelona a quien el narrador conoció cierta vez, así que me entretuve un rato añadiendo la nota que habría podido corresponderle:

La persona mencionada es el señor Nieto, cuñado del pintor Ramon Casas. Joyce vio en París el cuadro en el que esa persona aparece sesteando en su silla, al lado de su esposa, y evocó la escena al escribir el pasaje en el que cita Barcelona.

 

Interior a l’aire lliure, Ramon Casas, 1892

 

En la tela vemos a los señores Nieto-Casas tomando café, es decir, están de postprandial o, lo que es lo mismo, de sobremesa. Se titula Interior a l’aire lliure y es de 1892. Él está repantigado en una silla de roten, traspuesto, sumido en un postprandial torpor en toda regla. Ella, muy modosita, enfundada en un montón de tela de evidente calidad, removiendo el café con una concentración absoluta, sin duda callándose el hecho de que le gustaría que su marido adoptara una postura más discreta, menos campechana, para ser inmortalizado por los pinceles de su genial hermano. Pero, como dice Joyce, el señor Nieto era queer. El cuadro ganó un premio en la Exposición Internacional de Madrid en 1892 y al año siguiente se expuso en el Salón del Champ de Mars de París, con el título L’après midi.

Es cierto que Joyce tenía once años en 1893 y que no habría podido ver este cuadro expuesto en París, porque en esa época vivía con sus padres en Dublín, pero no es menos cierto que viajó a París en 1902 y se alojó en el Hotel Corneille del Barrio Latino. ¿Qué hizo allí el gran Joyce? Fue a un teatro, a un burdel y a un fotógrafo, que le hizo unas tarjetas postales con su foto en el anverso. ¿Dónde vio Joyce el cuadro de Casas? Este detalle no consta en su biografía, pero es muy posible que viera una fotografía, junto con las de otras pinturas, en la pared del estudio fotográfico. Le gustó la pareja, que tiene un aire de matrimonio inglés relajándose en una villa mediterránea. Preguntó quiénes eran y el fotógrafo le dijo que no lo sabía. Era la foto de un cuadro que había visto años atrás en una exposición, de un famoso pintor de Barcelona. «Bonito cuadro –comentó Joyce– muy real, como si los personajes no estuvieran posando. Ella parece guapa, incluso vista de perfil…»

Tal es el origen de la mención de Barcelona, el queer fellow y la palabra postprandial. Como no se me ha ocurrido ninguna otra explicación ni he visto que nadie aporte la suya, y como no me resigno a creer que precisamente la elección de Barcelona sea gratuita, me he quedado con ella.

 

 

 

Jordi Fibla Feito nació en Barcelona en 1946. Ha acumulado una obra abundante y muy diversa que él ha calificado alguna vez como «varios archipiélagos de excelencia en un mar de mediocridad». En 2015 le concedieron el Premio Nacional de Traducción por toda su obra.