Jueves, 6 de mayo de 2021.
Madrid, 18 de abril de 2021
Querido amigo:[1]
¡Siento que te conozco tanto! Estoy segura de que te sorprenderán el cómo y el porqué.
He vivido una semana en tu isla, y también en Argentina, sin moverme de Madrid. Sí, son los encuentros virtuales de hoy en día los que me permitieron participar en la VI Edición de la Escuela de Otoño de Traducción Literaria (2020-2021), una edición muy especial, por ser virtual, la primera, obligados por esta pandemia —me imagino que para vosotros la viruela sería mucho peor—, y por el homenaje a la dulce Lucila Cordone, D.E.P.
Pero ¿cómo te he conocido a ti? Ay, sí, qué historia tan linda. Nuestra querida Irma Pelatan te escribió, te escribió durante mucho tiempo, sujeta a una serie de restricciones, y esta semana, bueno, en realidad unas semanas antes, tuvimos el honor de leer esas cartas que te escribió en francés, y aún más honor porque tradujimos unas cuantas y debatimos, sobre todo lo que os acontecía, en el taller de francés de la EOTL, coordinado por Lucía Dorin, y, ni más ni menos, otro honor, estuvimos acompañadas de la propia Irma. Te desentrañamos, te entendimos, te comprendimos. Irma nos removió, y no me equivoco al decir que nos removió a todas, nos mostró su pasión por la literatura —nos enseñó las potencialidades de la literatura—, nos mostró su relación contigo y nos adentró en tu isla, es más, te desentrañamos a ti, a la isla, a Irma y a nuestro feminismo. Nos volviste aún más reivindicativas si cabe.
Además, tuvimos la oportunidad de contarte —como la tengo yo aquí y ahora—, te compartimos con los talleres de inglés, portugués y alemán a través de la carta rodante. Te compartimos con el mundo en la lectura pública de las traducciones que hicimos durante el cierre de la EOTL. Querido mundo, no te puedes perder la existencia de nuestro querido amigo. Especialmente yo te compartí también en el taller de escritura creativa —gracias, Cecilia Rossi—, fue impresionante. Te compartí allí porque la relatividad del tiempo de Kafka y el feminismo me ocuparon, me habitaron especialmente esta semana. Y el palimpsesto que salió fue en tu honor.
Al igual que esta carta pretende honrarte a ti y honrar a Irma, Irma Pelatan.
¿Sabes? También me acompañaste al resto de talleres. Me enamoré del quechua y del quichua, gracias, Sonia y Vitu, por descubrirme esas lenguas, gracias, Gabriel Torem, por hacerlo posible.
Tu amor por la expansión de la literatura, el amor de Irma por su potencialidad y el de la EOTL me permitieron disfrutar, deleitarme, emocionarme con el resto de las actividades, la charla con la poeta portuguesa Ana Luísa Amaral y el descubrimiento de 2 autores: el inglés Giles Foden y el suizo Donat Blum.
Y, como la literatura es puente entre culturas, así lo son la traducción y las personas que la hacen posible. La EOTL fue un encuentro, una oportunidad más de seguir tendiendo puentes, también, claro está, con los editores. Yo pude disfrutar de tres charlas con ellos —Vanina, Miguel y Sebastián— para conocer su trabajo y para que conocieran lo que estábamos haciendo en el taller.
Pero no puedo despedirme sin hablarte de mi grupo: Sabina, Renata, Melina, Nai, Nat, Nata —¡había tres Natalias!—, María, Laura, Irene, Nidia y Lucía P. Unas compañeras de traducción estupendas, entre todas hemos hecho vibrar tu historia en 5 variantes lingüísticas del español. Mención especial se merecen Lucía Dorin y Estela Consigli, grandes maestras del francés, sois mis maestras de esta lengua que he amado desde chiquitita.
Querido amigo, si tienes la oportunidad, no dejes de visitar Buenos Aires, de visitar Argentina. Mi visita de esta semana, del 12 al 17 de abril, fue virtual. Pero ¡ay, mi querido Buenos Aires! ¡Mi querida Argentina! Os llevo ya en mi corazón. Habéis dejado ya una huella indeleble en mi alma. Vuestra pasión por las lenguas me apasiona aún más. Espero veros pronto, y no en la realidad virtual.
Permíteme, mi amigo, un abrazo especial también para la AATI y el Lenguas (IES Lenguas Vivas Juan Ramón Fdez.) y todos los patrocinadores, pues, gracias a su trabajo, a su iniciativa, pude seguir aprendiendo, pude seguir formándome, gracias a ellos, seguimos difundiendo la literatura y la traducción.
¡Vivan las letras!
Tuya,
Maca
[1] Esta reseña fue redactada originalmente a mano y a lápiz, en forma de carta tradicional y sin posibilidad de revisión una vez transcurrido el día en que se escribió. Esa fue una de las restricciones que tuvo la autora del texto que se tradujo en el taller reseñado, a raíz de una invitación de un miembro de Oulipo. Un fragmento de esta reseña está incluido en un artículo más amplio sobre la VI Edición de la Escuela de Otoño de Traducción Literaria «Lucila Cordone» publicado en el número de Julio-Septiembre 2021 de Calidoscopio, el Boletín de la Asociación Argentina de Traductores e Intérpretes (AATI).
María del Carmen de Bernardo, Córdoba, 1981. Licenciada en Historia por la Universidad Autónoma de Madrid, MA en Traducción por la UIMP y el ISTRAD, MITI, y Diploma in Translation (CIoL). Está cursando actualmente un posgrado en traducción literaria en la UPF. Combina su trabajo como profesora de traducción y de lenguas modernas (español, francés e inglés) con su faceta como traductora de documentos comerciales, artículos académicos y libros. Se considera a sí misma una escritora en ciernes. Su pasión por las lenguas y el placer por la lectura la han llevado a crear y dirigir el proyecto Algo para traducir (www.algoparatraducir.com).