María Teresa Gallego Urrutia y Amaya García Gallego: Bitna bajo el cielo de Seúl, de J.M.G. Le Clézio

María Teresa Gallego Urrutia y Amaya García Gallego han traducido del francés la obra de J.M.G. Le Clézio Bitna bajo el cielo de Seúl, editada por Lumen.

Comentario de María Teresa Gallego Urrutia

Bitna bajo el cielo de Seúl de J.M.G. Le Clézio o la traducción dentro del Corpus Mysticum, que como es sabido y, si no, para eso está la Wikipedia en el peor de los casos, es el tradicional nombre dado a la «Iglesia universal fundada por Cristo» [inciso fruto de una experiencia que tiene ya algunos años: un traductor envió al Corpus Mysticum del que voy a hablar a continuación una lista de términos que le habían surgido en algo que tenía entre manos y que iba por lo visto de catedrales, recabando ayuda: entre otras cosas en la lista estaba la palabra pantocrátor. Cuando algunos manifestamos nuestra extrañeza por que una persona a la que se suponía con suficiente cultura como para dedicarse a la traducción nos dijera que no tenía ni idea de qué era un pantocrátor, nos espetó airadamente que estaba muy orgulloso de que su familia le hubiera dado una educación laica y de su consecuente ignorancia de cualesquiera temas relacionados con la religión católica. Y es que efectivamente resulta que en este país nuestro —no sé qué pasa en otros— cuando no eres experto en algo, y lo más frecuente es que no seamos expertos en muchísimos algos, nos documentamos de muy buen grado y con mucha aplicación, incluyendo lo referido a las religiones del ancho mundo, pero si la cosa va de cuestiones de la religión que nos es más familiar por tradición, pueden surgir, y de hecho surgen a veces, reticencias como la referida más arriba. Y aquí lo dejo de momento porque me estoy dando cuenta de que el tema da para un artículo relativamente largo que creo que escribiré].

Bueno, pues existe otro Corpus Mysticum que es la iglesia (del lat. ecclesĭa, del gr. ekklēsía, reunión, dice el María Moliner) fundada por ACE Traductores y a la que recurres cuando el libro que estás traduciendo exige una serie de conocimientos muy específicos (y que investigas activa e infatigablemente por doquier, claro, pero lo primero de todo vas a esa iglesia). En el presente caso se trataba de la vida, usos y costumbres de Corea del Sur, que el autor de la novela domina a la perfección por haber vivido varios años en Seúl y constituyen el telón de fondo de la historia. Bastó con dejar caer la pregunta (¿Alguien traduce del coreano y sabe de primera mano de Corea?) entre los componentes del Corpus para 2 que se materializara Laura Hernández Ramos y le pareciera lo más natural del mundo que le mandásemos una lista de dudas a la que respondió prolija y sabiamente. Y bastó, por otra parte, con un mensaje electrónico a Salvador Peña para que nos resolviera a vuelta de correo una cuestión sobre un personaje de Las mil y una noches. Corpus Mysticum, lo dicho. ¿En qué porcentaje de las traducciones que llevo hechas está presente su sabiduría colectiva? No puedo dar un número exacto, pero en un porcentaje altísimo. Seguramente en la mayoría. ¡Qué maravilla!

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