Viernes, 11 de julio de 2025.
Alexandra Rybalko Tokarenko ha traducido del ruso la obra de Daria Serenko Deseo cenizas para mi casa, Errata Naturae, enero de 2025.
Sinopsis de la obra
Apartada del mundo exterior, en la celda donde cumple condena por la difusión de «simbología extremista», Daria Serenko comienza a escribir este libro dos semanas antes del 24 de febrero de 2022, fecha oficial del inicio de la invasión rusa de Ucrania. Aislada, apenas adivina la guerra inminente por el clima que se respira y por fragmentos de conversaciones interceptados a los funcionarios. Queda en libertad un día antes del comienzo de los ataques y abandonará Rusia pocos días después.
Deseo cenizas para mi casa. Un título brutal, atronador, un golpe de furia y fiereza para un texto que comienza con la cotidianeidad en un centro de detención y que enseguida alza el vuelo y se transforma en un portentoso libro sobre la guerra y la resistencia; sobre la escritura y el ego; sobre el paso de ser una activista feminista a una antimilitarista; sobre la instrumentalización de la muerte; sobre el exilio y la identidad; sobre la lengua; sobre la necesidad de descolonizar la mente y los valores; sobre la educación heredada generación tras generación y las consecuencias del carácter colonizador y opresor de Rusia; sobre la importancia de matar al padre y, por extensión, a la patria y al Estado, a lo que siempre consideraste tu hogar; sobre la culpa, la vergüenza y la responsabilidad política y social.
Testimonios, cuentos, entrevistas imaginarias, sátiras hiperbólicas, listas y poemas… Todos los géneros y registros de voz se entrelazan en un caleidoscopio breve pero abrumador para componer una condena contundente y, a la vez, poética de la política represora de Putin y de los devastadores efectos de la guerra.
Comentario de la traductora sobre la traducción
«Hay libros que son como volver a casa», escribí el primer día que me senté a traducir esta nueva obra de Serenko (autora de Chicas e instituciones, publicada también en Errata Naturae). Supongo que olvidé que no todas las dinámicas familiares son sanas, que el regreso al hogar puede tener mucho de meter el dedo en la llaga y que, como aquello que escribía Tolstói (más recientemente por boca de Víctor Gallego), «las [familias] desdichadas lo son cada una a su modo».
He empezado muy melodramática, lo sé, pero es que este texto tiene mucho drama, y relaciones complicadas, mucho de pertenencia a un núcleo familiar, a una nación, a una comunidad, de sentimientos encontrados hacia tu patria, de miedo, vergüenza y rabia, de heridas que primero sangran y luego humean, tras prenderle fuego a tu casa. Y por si la temática no fuera ya lo bastante compleja (ni, por cosas de la vida, me tocara lo bastante de cerca), está que se trata de Serenko y de sus tan particulares y reconocibles poéticas; esta vez no solo en prosa, sino también en verso.
Luego están las notas. Hay muchísimas. Este libro no se entiende sin conocer la historia de Rusia de los últimos cuarenta, veinte, diez años, esa de la que aquí tan poco hemos oído hablar. Y es justo por la falta de representación de voces jóvenes y políticas, como la suya, en el mercado de la literatura rusa traducida en España que celebro con entusiasmo que este libro vaya a llegar al lector.
No voy a explayarme aquí en las complejidades del texto, tampoco me corresponde a mí juzgar lo bien, o no tan bien, que haya podido lograr mi cometido (seguro que algún experto en Goodreads, uno de esos para el que los traductores solo existimos cuando leen algo que no entienden, no tardará en hacerlo). Solo diré que con este libro he pasado por todo el elenco de emociones, todos los estadios del duelo en busca de los matices perdidos.
He llorado, gritado y me he conmovido, le he tenido respeto y a ratos, por exigencias del guion, he tenido a aprender a perdérselo. Lo he amado y lo he odiado, lo he releído y reeditado tantas veces que me he aburrido hasta de mí misma, todo buscando fundirme con la voz de la autora y desaparecer en ella, imaginando cómo expresaría cada palabra, cada repetición, incluso cada silencio, si escribiera en nuestro idioma. Por cuestiones vitales, ahora la autora vive en Madrid y está aprendiendo español. Solo espero que, llegado el momento, se sienta satisfecha. Con eso me vale.
La sección de NOVEDADES TRADUCIDAS ofrece a los traductores un espacio donde analizar las dificultades a las que han tenido que enfrentarse al traducir una obra concreta. Animamos a todos los traductores a colaborar: véase la plantilla en este enlace.