Diario de traducción: La invasión del mar, de Jules Verne, y II, Alicia Martorell

Lunes, 9 de junio de 2025.

Viene de la primera parte.

18/8/2024

Tengo que decidir si me quedo con «Sáhara» o con «Sahara». Me gustan los dos, pero me voy a quedar con la segunda forma. En Ngram la primera aparece bastante más tarde y se usa casi siempre menos y la segunda tiene algunos picos interesantes. Uno de los picos de la forma con tilde se sitúa justamente en la época que nos ocupa, aunque no parece muy significativo.

Finalmente, he optado por «Sahara», porque el DPD dice que es una forma más antigua y tradicional. Es lo que me decía mi intuición, pero, aunque la intuición está muy bien, las fuentes están mejor.

Ahora, todo esto me plantea un problema: ¿cuando traducimos una novela del XIX usamos lenguaje del XIX? Ya entiendo lo de evitar anacronismos, pero hace poco surgió un debate en algún sitio sobre una expresión rara, o chocante para nuestros días, en una traducción y el argumento era «en el XIX se decía así». Yo compro el argumento, pero me da que pensar. ¿Qué es en ese contexto la retraducción? Si no es el lenguaje, que siempre será fiel al de la época del original, ¿qué es lo que vincula una retraducción a una época determinada?

19/8/2024

Acabo de darme cuenta, leyendo el Picot, de que es una novela de anticipación. Esto me pasa por no hacer un cronograma, siempre hay que hacer un cronograma, voy a hacerlo inmediatamente. La acción no se desarrolla en 1904, en esa fecha se desarrolla el informe Roudaire, pero la novela se desarrolla alrededor de 1930, veinticinco años después de la muerte de Verne. Como Verne no lo dice de forma explícita, sino que lo tienes que deducir sacando cuentas, se me había pasado completamente. En ese momento, quien andaba por allí haciendo tropelías eran los italianos, aunque pronto llegaría el Afrika Korps.

Definitivamente, el «bou habibi» o «moineau du Djerid» es un hápax. No soy capaz de encontrar una sola referencia al pajarito que no sea la de Verne. Lo transcribiré tal cual. Dudo entre gorrión y escribano. Mi intuición me dice que va a ser un escribano, pero si no encuentro referencias, pondré gorrión, que es más neutro.

20/8/2024

Sigo teniendo un follón con la topografía. A ver, en el capítulo 9 dice que el segundo canal va del Yerid al Rharsa, pero en los mapas va del Rharsa al Melrir, que sería lo lógico, por otra parte. Con los mapas, me cuesta muchísimo hacerme una idea cabal de las altitudes y las pendientes (es decir: ¿hacia dónde corre el agua y dónde hay que excavar?). Estoy buscando un mapa de alzada en el que se vea la situación de la zona respecto al nivel del mar, porque no me aclaro. Espero encontrarlo en alguno de los libros que he pedido.

27/8/2024

Ya me ha llegado el segundo libro. Esta tarde me pongo con él.

Sigo volviéndome loca con el tema de los tratamientos. No sé si usar «señor» o «Sr.» y voy dando tumbos como una loca porque no me decido. Luego me va a tocar un infierno para unificar… (si es que decido unificar, que tampoco es obligatorio, pero si no unifico, tendré que revisar caso por caso). Provisionalmente, en las acotaciones de los diálogos y en el cuerpo del texto usaré «señor», o a veces, nada. En cambio, en la conferencia del capítulo 4 quizá me anime a usar «Sr.». Es lo que veo en las actas de las sociedades geográficas españolas.

Ya he empezado con el Letolle y lo primero que me he encontrado es un razonamiento clavado para las notas sobre toponimia. Es tremendo lo que cuesta escribir una nota de traducción hasta que la información no se sedimenta totalmente. Luego, cuando ya lo tienes claro, se escribe sola. Y eso quiere decir además que ya sé por fin qué voy a hacer con la toponimia, después de miles de tanteos. Cuando pasa eso, los elementos nuevos se van colocando sin problema en su sitio porque ya tienes un método.

28/8/2024

Por cierto, todavía no he decidido cómo voy a enfocar el capítulo 4 desde el punto de vista de la puntuación. Quizá sin rayas de diálogo (tengo que comprobar que no hay interacción en absoluto) y con comillas normales e invertidas.

10/9/2024

Me ha llegado el último libro, el Marçot. Es el más prolijo y el más centrado en el proyecto en sí, dentro del marco de la colonización, con un análisis de todos los informes que estuve leyendo este verano. Es el auténtico marco histórico de la novela, aunque prácticamente no la menciona. En cambio, el Letolle es más amplio en el sentido de que no se limita al análisis histórico y político: hay geografía, antropología, literatura incluso.

Ahora no sé si me va a dar tiempo a leerlo todo.

13/09/2024

Dice Picot que De Schaller es un trasunto de Lesseps, y bien podría ser, desde luego. No sé si ponerlo en nota. En algún artículo que he leído decían que era un trasunto de Roudaire, pero no se parecen en nada: Roudaire era tirando a apocado. Lesseps me parece bastante más verosímil.

Sigo con el Letolle, que tiene un montón de explicaciones geográficas que me habrían venido bien un poco antes. Voy a hacer fichas o a incorporarlas a las fichas que tengo sobre el tema, porque son mucho más precisas y claras. Me he pasado horas dando vueltas como una tonta, cuando aquí lo tenía todo.

17/09/2024

Terminado el primer borrador. A ver qué ritmo engancho para la revisión, porque cada revisión es diferente. En esta tengo los diálogos, que requieren mucha soltura, las fantásticas descripciones de paisajes de Verne, que también necesitarán mucha concentración y una punta de fantasía. Luego tengo que comprobar si están hechas todas las fichas, si los topónimos están resueltos o tienen flecos. Me gustaría también hacer un catálogo de accidentes geográficos, porque hay muchos y casi ninguno tiene equivalente en Europa. El Letolle es una base estupenda.

Y, finalmente, tengo que hacer las notas. Seguramente incluiré bastantes, de modo que el proceso quede bien explicado y se pueda seguir la pista de topónimos, variantes, nombres árabes.

26/9/2024

Ya llevo revisados tres capítulos y estoy contenta. Puedo moldear bien el texto, identifico las cosas que siguen sin resolver, voy poniendo notas, para aclarar topónimos inexistentes o decisiones ortotipográficas.

Al mismo tiempo, voy completando el mapa y las fichas. No tenía que haber insistido tanto con el mapa al principio, pues yo misma andaba más perdida que el barco del arroz. Ahora ya conozco la región como la palma de la mano.

He encontrado también un artículo en la página personal de Marçot que compara las diferentes versiones del original. La verdad que no se me ocurrió dedicarle tiempo a este tema y bien que lo siento, pero creo que no se me ha perdido nada importante. Es verdad que desde la versión que se publicó por entregas hay una versión intermedia y luego ya la versión con la que estoy trabajando, pero las variantes son mínimas. En cambio, este artículo me está dando variantes de topónimos que tardaron bastante en estabilizarse, lo que me ha permitido encontrar algunos que ya daba por perdidos.

He estado hablando también con Maira para algunos nombres árabes que me traen de cabeza. Siempre son problemas de transliteración porque, además, los conocimientos de Verne en este campo eran aproximados. A eso se debe que muchas veces buscando me encuentre con un hápax, así que tengo que intentar reconstruir su pensamiento, que muchas veces es errático.

Por ejemplo, si comparo la toponimia de Verne con la de los informes de Roudaire muchas veces las variantes (que yo había pensado al principio que eran voluntarias en Verne) en determinados topónimos coinciden perfectamente. Lo que me hace pensar que no son variantes, son errores de Roudaire reproducidos por Verne. Con lo que me encuentro con distintos niveles a la hora de adaptar la toponimia que se superponen y se entrecruzan:

  • topónimos árabes / topónimos bereberes, a veces para un mismo lugar;
  • transliteraciones al francés;
  • fuentes escritas variadas y no siempre concordantes (memorias de las sociedades geográficas y otros textos de la época, mapas de la época, mapas actuales…);
  • denominaciones locales / denominaciones de la administración colonial;
  • transliteraciones al español;
  • efecto diacrónico (cambios en las denominaciones desde los tiempos de Verne a la actualidad);
  • errores debidos a la falta de fijación de la época o a simples confusiones;
  • cambios voluntarios del propio Verne.

02/10/2024

Sigo dándole vueltas a «oued». La forma más usual en español es «wadi», aunque también se encuentra «uadi». Me parece que usar la «w» (obviamente seguidista de la transliteración inglesa) en una novela del XIX es una patochada, así que probablemente me inclinaré por la segunda forma. No obstante, lo que me pide el cuerpo es usar «guadi», es lo que da habitualmente en español ese grupo de sonidos. No sé si me atreveré, porque no lo usa absolutamente nadie, pero sería lo más clásico. He consultado con dos arabistas y los dos me dicen lo mismo: que es correcto, pero que es avanzar contra corriente.

Biblioteca digital de Castilla y León (https://bibliotecadigital.jcyl.es/es/consulta/registro.do?id=40678)

06/10/2024

Me acabo de bajar de la biblioteca digital de la Academia de Ciencias una memoria de 1857 sobre el rompimiento del istmo de Suez, redactada por uno de sus miembros, delegado ante la comisión internacional. No me la he leído (¡son 600 páginas!), pero sí que he repasado los índices de los capítulos y he leído las partes que más se parecen a los informes franceses de la Comisión Roudaire. Es muy interesante.

También he estado viendo páginas turísticas para archivar fotografías de los lugares por los que está pasando la expedición.

Y acabo de encontrar (y archivar) el manuscrito. Es emocionante ver el cuadernito cuadriculado con las fechas de la acción apuntadas en el margen. Yo he usado cuadernos así para hacer los deberes, es una cuadrícula francesa. También ves cómo trabajaba, escribiendo en la parte izquierda de la página y dejando un margen derecho muy amplio para correcciones (que hay poquísimas, escribía del tirón).

Manuscrito de L’Invasion de la mer (https://julesverne.nantesmetropole.fr/les-collections/manuscrits-numerises/)

9/10/2024

En la revisión estoy quitando conectores a porrillo, sobre todo a principio de párrafo. Ya sé que los franceses ponen muchos, pero esto es exagerado: no obstante, sin embargo, de hecho, sin duda, cabe reconocer, por otra parte, efectivamente… Queda mucho más ligero y la acción pasa a primer plano, que no es un libro de filosofía. En los diálogos me permito ser un poco más redicha (porque ellos son redichos), pero las descripciones quedan mejor más limpias.

12/10/2024

Anoche terminé de revisar, entregaré el lunes. Me queda solo una lectura en voz alta, que sacaré adelante este fin de semana.

No obstante, siguen llegando cosas. Ayer pedí otro libro, que había encontrado hace bastante, pero no sé por qué no compré. Ya no me servirá, pero ahora mismo tengo una biblioteca Verne que empieza a tomar proporciones importantes (de hecho, voy a añadir una bibliografía a este diario).

También he vuelto a leer el artículo de Roudaire en la Revue des Deux Mondes, que leí al principio pero no me sirvió de mucho. Es curiosa la permeabilidad de las fuentes. Cuando empiezas no te cala nada, lees y lees y, como no tienes una idea muy clara de lo que buscas, no ves lo que tienes que ver. En cambio, cuando ya llevas el trabajo avanzado es cuando digieres mejor lo que estás leyendo.

Es difícil encontrar un término medio, porque también es verdad que si no trabajas las fuentes al principio vas bastante ciega. Supongo que es un trabajo en círculos en el que vas avanzando, reforzando, volviendo atrás, consolidando…

Concretamente, en este artículo he descubierto por fin (a dos días de entregar) qué es la «señal de Chegga», que había dado por imposible. No sabía si era un pueblo que se llamaba «Signal de Chegga», si era una señal de tráfico que estaba en Chegga, he dado más vueltas que una peonza. En realidad, es una señal geodésica instalada por Roudaire en una localidad argelina que se llama Chegga. De esa señal partirían todas las nivelaciones. No lo había encontrado porque Chegga está fuera de los límites geográficos con los que estaba trabajando.

20/1/2025

Me van llegando galeradas en fases. En la editorial se lo están tomando muy en serio, lo han leído varias personas varias veces, aunque a veces me meten correcciones bastante raras (cambiar masivamente «hubiera» por «habría», como si fuéramos de Bilbao). No obstante, han atendido absolutamente a todas mis puntualizaciones.

27/01/2025

Leyendo este Trujamán de Eduardo Lara acabo de encontrar inesperadamente la palabra «rábida» («En Marruecos, convento o ermita», según el DLE), que, además, en un extraordinario giro de guion, viene de la misma raíz que «morabito», «Rabat» y «almorávide». Desde el principio tenía un runrún con el uso de «morabito» para una ermita, que sabía correcto pero no me convencía. Así que en el tiempo de descuento (estaba devolviendo las últimas pruebas) lo he cambiado por esa preciosa palabra que acabo de conocer y que había buscado por todas partes durante meses sin saber siquiera si existía o no.

La serendipia es una cosa llena de maravillas. Aunque, para que funcione, antes tienes que haber hecho los deberes.

Valga esta reflexión como colofón de un largo viaje acompañando a Verne por los sorprendentes mares del desierto tunecino.

 

Bibliografía de la traducción 

(He consultado más referencias, pero en estos textos se basan todas las decisiones importantes que he tomado mientras estaba traduciendo. Sin ellos no habría podido trabajar.)

Bernus Edmond, «De L.-G. Binger à Jules Verne». In: Journal des africanistes, 1997, tome 67, fascicule 2. pp. 172-182; doi : https://doi.org/10.3406/jafr.1997.1151

Ferrer, Míkel de Epalza, y Abdel-Hakim Slama Gafsi, «Relaciones entre España y Túnez en el siglo xix: nueva documentación y síntesis». Anales de Historia Contemporánea 23 (17 de marzo de 2009): 259-76.

Létolle, René., y Hocine Bendjoudi, Histoires d’une mer au Sahara: utopies et politiques. Collection Ecologie et agronomie appliquées. Paris: Harmattan, 1997.

Lévêque, Laure, «O “mar sahariano” visto por Jules Verne : um grão de areia na empresa colonial», s. f.

Marçot, Jean-Louis, Une mer au Sahara: mirages de la colonisation, Algérie et Tunisie, 1869-1887 : essai. Collection Outre-mers. Paris: Différence, 2003.

Martínez de Pisón, Eduardo, La tierra de Jules Verne, Madrid, Fórcola, 2024.

Pandolfi, Paul, «Jules Verne au Sahara». Le Saharien, 2019, 230, pp.5-31. halshs-03175054

Picot, Jean-Pierre, Le testament de Gabès: L’invasion de la mer (1905), ultime roman de Jules Verne : essai et documents. Presses Univ de Bordeaux, 2004.

Roudaire, François-Élie, La mer intérieure africaine, París, Imprimerie de la Société anonyme de Publications périodiques, 1883.

Roudaire, François-Élie, «Une mer intérieure en Algérie»,  La Revue des deux mondes, numéro de mai 1874.

Salabert, Miguel, Jules Verne, ese desconocido, Madrid, Alianza Editorial, 2005.

VV.AA., Todo sobre Verne (2 tomos), Madrid, Graphiclassic, 2017.

Alicia Martorell Linares es traductora desde hace más de 30 años. Sus campos de especialización son las ciencias humanas y sociales, la comunicación financiera y empresarial y los textos institucionales. Es socia de ACE traductores y Asetrad. Ha traducido, entre otros autores, a Roland Barthes, Judith Butler, Simone de Beauvoir y Cioran.

 

 

 

2 Comentarios

  1. Concha Cardeñoso

    Asombradita estoy, Alicia. Me quito el sombrero y no puedo volver a ponérmelo si no es para quitármelo otra vez.

  2. Carmen

    Pues anímate a enviarnos uno, Concha. Nos parece interesantísimo ir haciendo acopio de estos cuadernos de campo, documentos escritos sobre la marcha de la traducción. ¡Y, además, eso solo lo puede hacer la persona que traduce la obra!