Etymologischer Gossip. Essays und Reden, de Uljana Wolf

Lunes, 15 de abril de 2024.

Etymologischer Gossip. Essays und Reden, Uljana Wolf, Berlín, Kookbooks, segunda edición, 2022, 232 páginas.

Isabel Romero

La traducción y la poesía en el contexto de la escritura translingüe trazan las líneas maestras de esta chispeante recopilación de ensayos y discursos, unidos entre sí por la palabra «forma» para componer una panorámica múltiple sobre el poema posmonolingüe (Yildiz 2012), sus representantes y sus voces inspiradoras. De Uljana Wolf[1] sabemos que de pequeña iba a Alexanderplatz para hablar en ruso con los turistas, que su abuela conoció el exilio de Silesia y que vivió diez años en Nueva York. Este poso de experiencias biográficas, que incluye cierto distanciamiento con la lengua materna —la cual además era la de la Stasi en su caso—, conduce a Wolf a explorar el diálogo interlingüístico del tercer espacio (Bhabha: 1994), la zona liminar de donde surge su trabajo creativo translingüe como poeta, como traductora —vertiendo al alemán o al inglés poesía translingüe― y ahora también como ensayista. Etimologischer Gossip, síntesis de un intenso trabajo intelectual realizado entre 2006 y 2019, obtuvo el Premio de Ensayo en la Feria de Leipzig de 2022.

El título del volumen es muy atinado porque condensa la idea principal. La propia autora cuenta en la Literaturhaus de Berlín que la palabra gossip (cháchara, cotilleo) alude a la tupida trama de lenguas entrelazadas etimológicamente que se observa cuando establecemos conexiones idiomáticas ilegítimas. Esta fluctuación y porosidad lingüísticas no solo se dejan ver en una escritura translingüe capaz de integrar en su estética los errores y las equivocaciones que suelen provocar vergüenza identitaria, sino también en la traducción translingüe al mezclar lo que se supone que debe estar «limpiamente» separado, la lengua fuente y la de llegada, en consonancia con el pensamiento del filósofo martiniqués Édouard Glissant, quien en su Introducción a una poética de lo diverso define la traducción como una «verdadera operación de creolización» (p. 17). Por su carácter fronterizo, la escritura translingüe refleja la lengua como un espacio dinámico de confusión, conflicto y transgresión, a la vez que trasluce una potente carga política y crítica frente al mundo globalizado.

En la primera de las cuatro partes de este laboratorio híbrido de escritura, Wolf relata el proceso translacional como una experiencia creativa del instante en varios ejemplos que evidencian el papel de la percepción sensorial en la transmisión del mensaje poético. Así ocurre cuando traduce del bielorruso sin conocer el idioma en un taller de poesía, en el que la expresividad del gesto o la vista son esclarecedoras para comprender; cuando vierte al inglés algunas de las Plegarias de Christine Lavant en una labor entre colegas, generadora del mismo modo de un discurso poético que es una tercera voz y zona de traspaso; y cuando la traslación del original se percibe como duplicación y, por tanto, se vuelve un texto gemelo, como le sucede mientras traduce al alemán los poemas del estadounidense Christian Hawkey, su marido. Precisamente de esta simbiosis entre esta pareja de poetas resultó en 2007 Sonne from Ort, una interesantísima producción experimental basada en el procedimiento de supresión a partir de Sonetos de la portuguesa, escritos por Elizabeth Barrett-Browning y traducidos después por Rilke, quien incluso figura como autor en algunas ediciones. Entrecruzadamente surge aquí también la historia del líquido precursor del típex, inventado por Bette Nesmith, la madre del cantante de The Monkeys, cuando trabajaba de secretaria. De esta forma, lo que borra y lo borrado constituyen una contradictoria unidad subversiva que sugiere la potencialidad de los espacios suprimidos.

La segunda parte consiste en un acercamiento a la poética de Ilse Aichinger a partir de la traducción al inglés de Schlechte Wörter (Palabras inadecuadas), donde esta autora judía se expresa en una lengua «con la que no habla» y que tiende a los extranjerismos para destacar su propia exclusión total durante la Segunda Guerra Mundial. Acceder al núcleo de la escritura de esta poeta del Grupo 47 implica un exhaustivo rastreo en busca de pistas resignificativas que conduce igualmente hasta los mensajes de amistad entre Ilse Aichinger, su esposo Günter Eich y Hart Crane, el autor de El puente, contenidos en los poemas que fueron por carta de uno al otro lado del mar hasta la muerte de este último. La revisión de este complejo proceso experimental de traducción basado en la estructura débil del texto, según la denominación de la poeta surcoreana Don Mee Choi[2], y que según indica Wolf debe entenderse como «ein liebender Art Brut zwischen Sprachen» («un amoroso Art Brut entre idiomas») (p. 61), pone fin a esta sección por donde planea la imagen aichingeriana de una nieve que se deshace como todo lo que es aniquilado y desaparece.

Su discurso a la memoria de los bosques por la recepción del Premio Peter Huchel, uno de los poetas más relevantes de la extinta DDR, da inicio al tercer apartado. Pero por qué el bosque. Pues porque este, igual que un buen poema, tiene «la singularidad… de ser abierto y cerrado al mismo tiempo», como escribió Gaston Bachelard en La poética del espacio. Esta topografía no solo tiene que ver con los contornos del poema en prosa —cuyo potencial estético se explora tanto en sus precursores (Emerson, Valéry, Baudelaire o Gertrude Stein) como en la obra de Lydia Davis y en la de Rosmarie Waldrop con su disruptivo Gap Gardening—, sino también con los mapas, y estos con un viaje que inspira una visión esperanzadora sobre el macedonio, y por extensión, sobre las lenguas minoritarias en su resistencia preservadora de supervivencia. Los mapas tienen relación con las cartas y estas con las palabras que viajan en ellas, y finalmente también con los correos electrónicos que Wolf y el poeta noruego Simen Hagerup mantienen en inglés sobre el empleo de los falsos amigos[3] en la poesía translingue. Una poesía situada siempre en la periferia de la lengua normativa—dicho de otra manera, «autrement dis, the autre ment this» (p. 104)—, heredera del multilingüismo y en continuo proceso de criollización (Glissant 1997) frente al poder de las lenguas dominantes, lo que subraya asimismo la importancia que tiene para Wolf el intercambio transfronterizo de ideas cuando se habla de poesía translingüe, que es también traductiva. Para terminar, se destaca la mística voz poética que Else Lasker-Schüler construye entre Oriente y Occidente, y que revive en la novela Seltsame Sterne starren zur Erde (Unas estrellas raras miran fijamente hacia la tierra) de la escritora turca Emine Sevgi Özdamar.

En la cuarta parte, la autora explora las definiciones del poema plurilingüe y cómo enfocar su posible traducción, que siempre es una creación léxica a partir de la resignificación del texto fuente, y que a veces puede ser controvertida. Es lo que ocurre a su juicio en el caso de Zong!, el poemario de la canadiense Marlene NourbeSe Philip. Pensemos que de plantearse una traducción al alemán el verbo «übersetzen»[4] significa «traducir», pero además «pasar de una orilla a otra», lo que de entrada podría entenderse como opacar el hecho histórico de que 150 esclavos fueron lanzados por la borda y nunca llegaron al otro lado del mar. La traducción es material sensible y más aún cuando el texto original surge como denuncia de un pasado colonizador: lo vimos con Amanda Gorman y lo hemos visto con Philip, quien, por cierto, manifestó su disgusto por la traducción al italiano de Zong! de Renata Morresi. Aunque no alude a la traductora italiana aquí, Wolf deja clara su opinión al afirmar que las posturas estéticas son también políticas. A continuación, se elogia la obra marcadamente nómada y polifónica de la polaca Dagmara Kraus, quien, con su equipaje de palabras encriptadas, desterritorializa la lengua alemana y la minoriza dejando clara así la sustancia política de su poesía. Por último, se rescata la memoria de Theresa Hak Kyung Cha (Pusa, Corea 1951-Nueva York 1982) con la traducción de uno de sus trabajos artísticos más representativos, Dictée, donde un lenguaje fragmentario y desestabilizador subraya el exilio personal, cultural y lingüístico. Cuando T. H. K. Cha escribe en alemán «ICH VERMISSE DICH MUTTER»TE ECHO DE MENOS MADRE») (p. 175) se sitúa en el justo punto medio que para Schleiermacher era «como flotar sin asidero», precisamente porque solo ahí puede gestarse una identidad radical cimentada en la falta de pertenencia.

Al igual que las palabras en su Zugunruhe (inquietud migratoria), los textos también migran. Dan prueba de ello las canciones infantiles como «Twinkle twinkle little star» y «Morgen kommt der Weihnachtsmann», ambas afines a «Ah! Vous dirai-je, mamman», original de 1761 y veinte años después después musicada por Mozart, cuya melodía ha llegado al castellano en «Campanitas del lugar». Cabe decir lo mismo de algunos cuentos, por ejemplo, Rapunzel de los Hermanos Grimm, emparentado con la Petrosinella napolitana a partir de «perejil», que pronunciado con acento haitiano durante la dictadura de Trujillo en la República Dominicana, nos recuerda un mortífero apartheid lingüístico. Para cerrar este círculo con espacios abiertos, Wolf observa que «gossip»[5] de [god] (Dios) y [sipp] (pariente), tras recoger en su significado a «matrona», «madrina» y «padrino», terminó empleándose para infravalorar a la mujer cuando el vocablo fue asociado a la vaciedad de la conversación femenina. Entre la utopía y la distopía, este discurso poético translingüe que se sustenta en una sólida bibliografía (Bajtín, Derrida, Deleuze y Guattari) evoca la lengua pura según Benjamin, cuya figura alumbra aquí varias constelaciones, en contraste con los postulados obsoletos de Schleiermacher acerca de la lengua materna. «Form hilf dem Denken, sich zu erinnern» (La forma ayuda al pensamiento a recordar), escribe la autora en su introducción y lo demuestra a lo grande. Así también, una nube, Babar, un castillo, la nieve, un agujero, Babar o un pájaro se convierten en puentes que conectan con la infancia, con el cuento, con experimentos científicos, con los versos de Rilke, con la película Interestellar, con Ilse Aichinger o con la traducción homofónica en este verdadero muestrario de las estrategias y los procedimientos de la escritura translingüe.

Uljana Wolf es miembro de la Academia Alemana de la lengua y la poesía.

Bibliografía

Bhabha, Homi K., El lugar de la cultura, trad. de César Aira, Manantial, 2003.

Glissant, Édouard, Introducción a una poética de lo diverso, trad. de Luis Cayo Pérez Bueno, Ediciones del Bronce, 2002.

Glissant, Édouard, Tratado del Todo-Mundo, trad. de Mª Teresa Gallego Urrutia, El Cobre, 2006.

Federici, Silvia, Brujas, caza de brujas y mujeres, Traficantes de sueños, 2021.

Mayer Martínez, Astrid, La traducción de elementos paratextuales en la obra translingüe de Uljana Wolf, Universidad Abierta de Cataluña (UOC), 2021.

Mee Choi, Don, Translation is a Mode = Translation is an Anti-neocolonial Mode, Ugly Duckling Presse, 2020.

Tawada, Yoko, Überseezungen, Konkursbuch, tercera edición, 2016.

Yildiz, Yasemin, Beyond the Mother Tongue: The Postmonolingual Condition, Fordham University Press, 2012.

Wolf, Uljana, Falsche Freunde, Kookbooks, 2009.

Notas

[1] Sobre Uljana Wolf, veáse Mayer Martínez, Astrid, La traducción de elementos paratextuales en la obra translingüe de Uljana Wolf, Universidad Abierta de Cataluña (UOC), 2021.

[2] Veáse Mee Choi, Don, Translation is a Mode = Translation is an Anti-neocolonial Mode, Ugly Duckling Presse, 2020.

[3] Wolf, Uljana, Falsche Freunde, Kookbooks, 2009.

[4] En este contexto es oportuno señalar Tawada, Yoko, Überseezungen, Konkursbuch, tercera edición, 2016.

[5] Veáse Federici, Silvia, Brujas, caza de brujas y mujeres, Traficantes de sueños, 2021.

 

Isabel Romero traduce del francés y del alemán. Entre los autores que ha vertido al castellano se encuentran Henri Raczymow, Jean-Christophe Rufin, Stephanie Kremser, Michael Hampe, Hugo von Hofmannsthal, Peter Freund y L. G. Tippenhauer. En el año 2006 recibió el Premio de traducción de la Fundación Goethe en la categoría de literatura juvenil. Actualmente imparte asimismo talleres de traducción en el Instituto Cervantes de Berlín.

1 Comentario

  1. Concha

    ¡Menudo viaje, Isabel! ¡Ni la montaña rusa, vaya! Ovación clamorosa. Y Besos.