Chester Himes y la censura: Su relato autobiográfico sobre homosexualidad «situacional» en la cárcel, Daniel Linder

Viernes, 5 de agosto de 2022. 

Resulta interesante acercarse a la figura del autor afroamericano Chester Himes (1909, Jefferson City, Misuri – 1984, Moraira, Alicante) y a las versiones de sus obras en español. Producidas en dos periodos claramente definidos, sus obras tempranas, las que él llamaba novelas de «protesta», son (auto)biográficas e ideológicamente muy comprometidas con(tra) la dura realidad social y racial de los Estados Unidos (1945-1955), mientras que sus obras posteriores, escritas en su autoexilio en París, son novelas detectivescas ambientadas en Harlem que fueron muy bien recibidas por el público francés primero y después por el norteamericano (1957-1969).

Voy a sumergirme en los entresijos de la publicación de Por el pasado, llorarás (Trad. Antonio Padilla Esteban, 1999), una novela «protesta» que ficcionaliza el encarcelamiento de Himes en la prisión estatal en Columbus, Ohio, por un delito de robo a mano armada, y su relación homosexual con otro preso durante los casi ocho años pasados entre rejas. Esta traducción al español vio la luz tan solo un año después de su publicación en Nueva York como Yesterday Will Make you Cry  y el texto que contiene es el que Himes presentó al editor neoyorquino Coward McCann en 1952, que fue originalmente publicado en 1953 como Cast the First Stone, pese a haber sido sometido a una operación de auténtico abuso y discriminación, tal y como cuenta Melvin Van Peebles, amigo de Himes:

Al parecer, Por el pasado, llorarás había sido revisada por sucesivas oleadas de editores y agentes que habían impuesto sus «mejoras» sobre el manuscrito original, forzando a Chester a eliminar sus matices más literarios. Lo que hicieron fue insertar la cabeza de Chester en el retrete de los prejuicios racistas y tirar de la cadena sin interrupción hasta borrar la menor traza de lo que consideraban engreimiento literario, obligándole a jibarizar su obra maestra con el señuelo de la publicación.

Estas fortísimas palabras están extraídas del prólogo que precede al texto restaurado cuarenta y seis años después de que Himes lo escribiera, años durante los cuales los lectores angloparlantes solo podían acceder a su obra en el formato censurado.

Van Peebles lamenta la supresión de todas las veces en las que el personaje principal, Jimmy Monroe, volvía la vista atrás y contaba anécdotas evocadoras del pasado, el cambio del punto de vista narrativo de la tercera a la primera persona, porque así el relato era más natural y «honesto», y la transformación de la raza del preso protagonista de blanco a negro por «la heredada asunción racial de que un escritor negro sólo podía escribir sobre personajes negros». Para mí, la modificación más sustancial tiene que ver con Duke Dido, el personaje ficticio basado en el amante verdadero de Himes, llamado Prince Rico, y el desenlace final de la novela, cuando Jimmy cumple con su condena y recupera la libertad. En Cast the First Stone, ambos se dan el primer beso la tarde anterior y durante la noche Dido se ahorca, mientras que en Por el pasado, llorarás, tras una larga e intensa relación afectiva, Jimmy sale por la puerta de la cárcel algo preocupado por el futuro de Rico, pero deseando volver a su casa lo más rápido posible. A continuación, aportamos la descripción del «primer y único» beso entre Jimmy y Dido en Cast the First Stone, narrado apenas tres páginas antes del cierre de la novela, y el apasionado beso entre los dos amantes que aparece casi cien páginas antes del final de Por el pasado, llorarás. En la versión restaurada el nombre de Dido se cambia por el de Rico:

Se acercó y le di un beso. Fue la primera y única vez que le besé. En aquel beso no hubo pasión sino una ternura enorme. Dos presos que pasaban en ese momento por el corredor se burlaron de nosotros imitando el sonido del beso, pero no nos importó (traducción propia).

Jimmy se acercó y le dio un largo y fuerte beso. Los labios de Rico eran suaves y firmes a un tiempo, como los de las muchachas en quienes había soñado sin ver durante los últimos cinco años. Jimmy siguió besándole hasta que ambos perdieron el aliento. En ese momento no le habría importado un comino que el alcaide hubiera estado mirándolo a dos pasos de él.

¿Por qué Himes aceptaría participar en semejante maltrato? Porque, aunque tenía una nueva agente que estaba muy dispuesta a promocionar sus obras, la novela en su formato original había sido rechazada. Otras ediciones reescritas por Himes también habían sido rechazadas hasta que McCann finalmente aceptó el libro en 1952. Antes de ese momento, Himes trabajaba como empleado de la limpieza en un YMCA, a falta de otras oportunidades más cualificadas o mejor remuneradas. En The Several Lives of Chester Himes (1997, no traducido al español), los biógrafos Edward Margolies y Michel Fabré aportan información sobre la elaboración del texto final: las intervenciones de McCann sobre el texto ya reescrito varias veces por Himes, las dudas de la editorial sobre qué título debería llevar el libro y la resistencia de Himes a estos cambios impuestos hicieron que se aplazara la publicación a enero de 1953. Una vez hubo cobrado, Himes se dispuso a activar su plan vital para «probar fortuna» en París. En el primer volumen de su autobiografía, La cualidad del sufrimiento, describe ese momento así: «Lo único que me retenía era la falta de dinero. Entonces Margot Johnson vendió mi historia sobre la cárcel, a la que había rebautizado como Cast the First Stone, a Coward McCann, por mil doscientos dólares de anticipo, y me decidí a marcharme con aquello y probar fortuna».

Para el público hispanohablante, la versión mutilada de esta obra nunca vio la luz ni tampoco la vieron otras dos obras de «protesta», en parte por la censura franquista, en parte por la editorial española, Barral Editores (Barcelona), que presentó las solicitudes a la censura, y en parte por el propio Himes, que discrepaba de las condiciones económicas ofrecidas por la editorial regentada por Carlos Barral. Las solicitudes para Tirar la primera piedra [Cast the First Stone], Si se emperra que se marche [If he hollers, let him go] y Huye hombre huye [Run man run] fueron presentadas en 1973 y el veredicto fue muy similar para todas: Autorizable con tachaduras previa presentación de la traducción. Desde 1966, sobre todo en los casos de libros con contenidos atrevidos, era un procedimiento común que las editoriales presentaran los originales en su lengua original, sin traducir. Era una forma económica de conseguir información sobre las posibilidades de superar el proceso de censura. Sin embargo, en casi todos los casos de libros con mucho argot, con diálogos en variedades sociolingüísticas urbanas menos conocidas y con ambientes culturales poco familiares, los censores pedían una traducción sobre la cual podrían hacer recomendaciones, si procediera. En este sentido, Cast the First Stone llega al lector 6, que se identifica como «Martos», quien emite el siguiente veredicto: «En una obra delicada de este tipo, no parece prudente AUTORIZARLA sin pedir primero la traducción, ya que en esta pueden resultar tachables párrafos que no lo son en la versión original. Por ello consideramos el libro AUTORIZABLE PERO SOLICITANDO LA TRADUCCIÓN». Los archivos de la censura de libros se encuentran en el Fondo de Cultura del Archivo General de la Administración en Alcalá de Henares. Cualquier persona puede acceder a la base de datos y al archivo, pero únicamente de forma presencial y previa petición de cita. El segundo lector, el número 7, realiza dos tachaduras en rojo en las páginas 13 y 134 y emite el mismo veredicto: AUTORIZABLE previa presentación del texto traducido.

Ambos lectores coinciden en que se ha planteado la homosexualidad con delicadeza y sin obscenidad. El lector 6 emite este juicio que parece alabar la censura practicada en el original en inglés: «Es la vida de un preso desde que entra en la cárcel hasta que sale. En la prisión hace unas amistades que llegan a ser muy íntimas, sin llegar a ser obscenas, pero de eso se sirven los que le envidian para acusarle y hacerle más largo el encierro. Cuando ya se va a marchar, su amigo íntimo que no puede soportar la ausencia, trata de suicidarse. La obra está llena de profundas reflexiones humanas sobre los encarcelados sobre todo cara a la sociedad que los mirará con recelo al salir de la cárcel. Respecto al cariño que pueden tomar los presos entre sí, el autor lo trata con suma prudencia y no aparece nada escandaloso».

Es oportuno aportar un ejemplo más para ilustrar las diferencias entre la versión que se presentó a los censores y la que se publicó más de tres décadas después. En un momento dado, Jimmy y Dido hablan de la gente que vive en Los Ángeles y la conversación empieza a girar en torno a la supuesta «rareza» de los angelinos. La palabra empleada en el texto fuente en inglés, queer, puede referirse a alguien «raro» (y en el texto original aparecen sinónimos como freak, funny y odd) y también puede referirse a alguien con una identidad o sensibilidad sexual no-normativa.

Como vemos en la tabla que aparece a continuación, el diálogo en Por el pasado, llorarás gira en torno a la sexualidad queer y los sentimientos de cada preso hacia ella. Conviene recordar que Jimmy y Rico ya se habían besado; por lo tanto, están hablando de sus sentimientos después de haberse besado apasionadamente. El diálogo es sutil y enigmático: «¿Y a ti qué te parece, Jimmy? ¿Te parece bien?», le pregunta Rico. Sin embargo, la conversación entre los dos presos en Cast the First Stone es mucho más directa y explícita: «¿Crees que ser queer en la cárcel está bien?» (traducción propia). La respuesta de Jimmy en ambas versiones es la misma: «No demasiado». Al final de la conversación en Cast the First Stone, lo que Jimmy le está diciendo es que no quiere una relación con una persona del mismo sexo durante su encarcelamiento. Sin embargo, en Por el pasado, llorarás la respuesta negativa de Jimmy da a entender a Rico que aunque puede darse en ciertas situaciones, como en la cárcel, en general la homosexualidad no le parece bien y no la continuará practicando cuando salga de prisión. Esta homosexualidad «situacional» es la que Himes practicó en su propia vida ya que, al abandonar la cárcel, volvió a sus costumbres sexuales normativas.

Cast the First Stone (1953) Yesterday Will Make you Cry (1998) Por el pasado, llorarás (1999)
He liked to tell me about the people. He loved the people there.

“They’re the most natural people in the world,” he said. “They do the things they want to do, and aren’t afraid to live.”

“Everyone else seems to think a lot of them are rather queer.”

Queer? That’s a funny word.”

“I mean sexually.”

He looked at me strangely. ‘There’s really nothing lost when a physical change is made unless you feel that it’s wrong. It’s the feeling that it’s wrong that makes it queer.”

“How did you feel?” I couldn’t help but ask.

“It never came to that,” he said again. I didn’t know why I needed to be reassured so often.

Do you think queerness in prison is right?” I pressed.

“That’s an odd question—” he began.

“Why is it odd?”

“Do you?” he countered.

“Not particularly so,” I said.

“You can be rather brutal, Jimmy,” he said, hurt.

Rico liked to talk of Los Angeles and the people there. «They’re the most natural people in the world,» he would say. «They do the things they want to do and live.»

«Every one else seems to think they’re all rather queer

«They’re not freaks, they’re only—»

«I mean sexually,» Jimmy stated flatly.

Rico turned and looked at him. «Queerness is a funny term,» he said after a moment. «There’s nothing really lost when a physical change is made unless you feel that it is wrong. It’s the feeling that it’s wrong that makes it queer

«How do you feel?» Jimmy asked.

«How do you think I feel, Puggy Wuggy darling?» Rico said, his voice caressing.

«Do you think you’re right?» Jimmy pressed.

«Of course,» Rico stated, then turned and looked at Jimmy again. «But it’s an odd question for you to ask; you ought to know.» When Jimmy didn’t reply, he asked, «Do you, Jimmy? Do you think it’s right?”

«Not particularly so,» Jimmy replied, «but that doesn’t take anything from it.»

For a long moment Rico was silent, hurt. Then he said in a low, pathetic voice, «You’re rather brutal at times, Jimmy. I wonder why I love you so when you’re so brutal.»

A Rico le gustaba hablar de Los Ángeles y su gente.

-Es la gente menos pretenciosa del mundo -decía-. Lo único que les interesa es vivir a su aire y hacer lo que les apetece.

-Pues todo el mundo dice que son un tanto raritos.

-De acuerdo, tienen su carácter, pero…

Raritos sexualmente, quiero decir -expuso Jimmy con voz neutra.

Rico se volvió y lo contempló por un instante.

Rarito. Qué palabra tan curiosa -reflexionó por fin-. Si uno está contento consigo mismo, no tiene por qué lamentar pérdida alguna cuando sufre un cambio físico así. Los lamentos y la culpa son lo que provoca la rareza.

-¿Cómo te sientes tú? -se interesó Jimmy.

-¿Cómo me voy a sentir, Puggy Wuggy, cariño? -repuso Rico con voz acariciadora.

-Te parece bien lo que haces? -insistió Jimmy.

-Claro que sí -afirmó Rico. Volviéndose a él, añadió-: Pero vaya una pregunta extraña me haces; a estas alturas ya deberías saberlo. -Al ver que Jimmy no respondía, preguntó:

-¿Y a ti qué te parece, Jimmy? ¿Te parece bien?

-No demasiado -confesó Jimmy-. Pero no por ello dejo de disfrutarlo.

Herido, Rico guardó largo silencio. Por fin declaró en tono bajo y patético:

-A veces eres brutal, Jimmy. Cuando te muestras así de brutal, me pregunto por qué te quiero tanto.

 

 

Antes de iniciar el cierre de este breve artículo, quisiera comentar críticamente un aspecto de la traducción realizada por Antonio Padilla Esteban para Muchnik Editores. Tiene que ver con la palabra queer, que en español se ha traducido como «rarito» y aparece repetida tres veces en un espacio muy corto. Estas repeticiones aprovechan poco los recursos léxicos propios de la lengua española («Pues a mí todo el mundo me dice que son bastante estrafalarios», «Pues dicen todos que son unos estrambóticos») o los que van más allá de lo meramente léxico («Pero me han dicho que son bichos raros, ¿no?»), y el uso del diminutivo tiene un tono condescendiente y paternalista. Aunque reconozco que es muy difícil traducir este concepto, creo que existen soluciones más allá de la repetición y el abuso del diminutivo, por ejemplo tomar el término prestado del inglés y usar el anglicismo, como he hecho yo mismo arriba.

Para cerrar, debo comentar que a pesar de que Tirar la primera piedra era autorizable si hubieran presentado la traducción al español con las tachaduras indicadas por los censores, Barral Editores nunca dio el paso de traducirlo. De todas las autorizaciones que solicitó (tres novelas «protesta» y 5 novelas de la «serie Harlem»), solamente publicó durante el franquismo El jeque de Harlem (Trad. Mario Albarcín), una de las novelas detectivescas, en 1975. El motivo más probable por el que Barral Editores nunca publicó Tirar la primera piedra radica en la precariedad económica de la empresa a principios de los años sesenta y en la consecuente oferta a la baja que le hicieron llegar a Chester Himes. En una carta dirigida a Rosalyn Targ, su representante, el 26 de noviembre de 1973, Himes le expresó su rechazo frontal a publicar Cast the First Stone en España porque los derechos que le pretendían pagar eran bajísimos. Otras novelas de «protesta» como Si grita, suéltale (Trad. Marta Mateos Martínez Bartolomé), sobre la discriminación racial en los astilleros de California durante la segunda guerra mundial, y Cruzada en solitario (Trad. Diana Falcón), un libro sobre un sindicalista comunista negro, tuvieron que esperar hasta 1989 y 1995, respectivamente. La no-traducción puede constituir otra forma de censura, sobre todo si los contenidos y el lenguaje potencialmente ofensivos coincidían con los que preocupaban a los censores franquistas. Sin embargo, la no-traducción o el retraso en la traducción pueden también tener relación con la evolución sociocultural del país de llegada, con los vaivenes económicos de las editoriales y el mundo de la edición y con las fluctuaciones en el aprecio por unos autores respecto a  otros en un momento determinado. Desde principios de los años 80 del siglo pasado, el interés por editar y reeditar los originales y las traducciones de las obras de Chester Himes ha ido en aumento. Los lectores españoles ya disfrutan de la traducción de Por el pasado, llorarás que rescata del olvido esta novela protesta previamente mutilada y ahora restaurada a su estado primigenio, tanto en inglés como en español. Otra novela protesta de Himes que fue restaurada, El fin de un primitivo (1991), sería un punto de comparación interesante, ya que la versión de la que disponemos hoy en día en España no ha partido de la versión restaurada y el texto traducido es una versión argentina revisada para su comercialización en España.

 

Referencias

Margolies, Edward y Fabré, Michel. The Several Lives of Chester Himes. Jackson, Mississippi: University Press of Mississippi, 1997.

Van Peebles Melvin. “…His Wonders to Perform”. En Himes, Chester. Por el pasado, llorarás. Barcelona: Muchnik Editores, 1999, págs. 9-20.

Himes, Chester. La cualidad del sufrimiento, Autobiografía 1 (Trad. S. I. González). Madrid: Ediciones Júcar, 1988.

 

Originales y traducciones

Himes, Chester. Cast the First Stone. Nueva York: Coward McCann, 1953.

Himes, Chester. Yesterday Will Make you Cry. Nueva York: W.W. Norton, 1998.

Himes, Chester. Por el pasado, llorarás (Trad. Antonio Padilla Esteban). Barcelona: Muchnik Editores, 1999.

 

Daniel Linder es Doctor por la Universidad de Salamanca y docente en el Departamento de Traducción e Interpretación, donde imparte asignaturas de Grado y Máster de inglés para fines específicos, de traducción especializada de español a inglés y de traducción científico-técnica inglés<>español. Sus principales áreas de investigación son: traducción y adaptación de textos literarios, en especial novela negra en inglés y español, así como lenguas de especialidad en literatura y en textos del ámbito de las humanidades. También es traductor profesional especializado en traducción técnica, económica y literaria. Es miembro de la American Translators Association (ATA) y del Chartered Institute of Linguists (DipTransIoLET MCIL). Ha sido intérprete en el Hennepin County Public Defender’s Office en Minneapolis, Minnesota, su ciudad natal. Como traductor, trabaja principalmente en la dirección español>inglés, con obras como Fiction and Reality in Gabriel García Márquez, de Carmenza Kline (Ediciones Universidad de Salamanca, 2002) y Los Internacionales: English-Speaking Volunteers in the Spanish Civil War (Dublin: Warren and Pell Publishing, 2009; revisor de la traducción).

 

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