Jaime Valero: Una sombra latente, de Katharyn Blair

Miércoles, 2 de septiembre de 2020.

Jaime Valero ha traducido del inglés la obra de Katharyn Blair Una sombra latente, editada por Fandom Books en mayo de 2020.

Sinopsis

La joven Vesper Montgomery vive en una huida constante. Desde que se manifestaron sus poderes, la única forma que ha encontrado de no hacer daño a nadie es cortar toda relación con los demás. Vesper es capaz de invocar tus peores miedos y hacerlos realidad…, literalmente. Y no es la única persona con poderes y habilidades que escapan a los del común de los mortales.

Estos individuos se conocen como anómalos y forman un submundo que discurre en paralelo a la sociedad. Entre otras muchas cosas, organizan un torneo de lucha libre dentro de una jaula, al estilo de las competiciones de MMA, donde exprimen sus poderes para derrotar a sus contrincantes. El vencedor de esta competición, conocida como el torneo de la restauración, tendrá una oportunidad para cambiar su pasado. Y eso es precisamente lo que necesita Vesper…

Comentario sobre la traducción

Antes de traducir esta novela tuve ocasión de leerla para realizar un informe de lectura y me sorprendió por la fuerza de su prosa, la originalidad de su premisa y la intensidad de algunos de sus pasajes. Entre sus ingredientes se cuentan elementos en apariencia tan dispares como la angustia adolescente, la magia y las artes marciales mixtas. Sin embargo, la autora lo mete todo en la coctelera y… ¡funciona! A la hora de traducirla, la clave fue tratar de conservar la frescura y la energía de su escritura; encontrar una voz convincente para Vesper, que ejerce como narradora; y, por supuesto, documentarse acerca de los nombres de llaves y técnicas de esta disciplina deportiva, para dotar de credibilidad al trasfondo.

Pero lo más divertido ―y también desafiante― de esta traducción fue buscar equivalencias en castellano para las numerosísimas variantes de anómalos (oddities, en el original) que se nombran en la novela, clasificados en función de sus poderes. Algunos estaban claros, como lumineer/luminaria o metalurg/metalurgo. Otros me llevaron más tiempo, como los harbingers a los que pertenece la protagonista, capaces de materializar los miedos y las fobias. Tirando del hilo de esta última palabra, acabé decantándome por llamarlos «fobos», en honor del dios que era la personificación del miedo en la mitología griega. Al igual que en otras traducciones, elaboré un glosario en Excel donde fui incorporando los términos del original y las equivalencias que iba encontrando. En total, me salieron nada menos que 54 términos. Como dije antes, a veces puede suponer un quebradero de cabeza, pero lo cierto es que me encanta tirar de imaginación para afrontar el desafío de buscar nombres que funcionen tan bien (o esa es la intención) en castellano como en el original.

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