Palabra de librero: entrevista a Eric del Arco, de la librería Documenta

Eric del Arco. Fotografía de Ana Portnoy

Miércoles, 17 de junio de 2020.

Inauguramos esta serie de entrevistas breves, que siguen el formato de nuestra sección «Del amigo, el consejo», con las respuestas de Eric del Arco, responsable de la librería Documenta de Barcelona (Pau Claris 144), a nuestras preguntas sobre la lectura y los libros traducidos. Porque #TodoEmpiezaEnUnaLibrería.

 

ACE Traductores trabaja, entre otras cosas, por defender los derechos de los traductores de libros y por que se reconozca la importancia cultural de su labor. ¿De qué manera te parece que las librerías pueden ser aliadas de los traductores en sus reivindicaciones?

Una de las mejores maneras de reconocer su trabajo es citándolos siempre junto al libro, autor y editorial cuando estemos comentando los libros en las redes sociales o en los actos que se realicen en la librería. Eso los vuelve visibles y a la vez refleja lo indispensables que son los tradutores.

¿Qué libro traducido marcó tu infancia o adolescencia?

En casa siempre hemos comentado como un hito la traducción de Las aventuras de Guillermo de Guillermo López Hipkiss. El hecho de que este personaje solo triunfara en su país de origen y en España indica que el traductor supo transmitir algo especial que permitió a un público español conectar de manera especial con un ambiente puramente inglés.

¿Cuál fue el libro que te hizo cobrar conciencia de la labor de los traductores, de estar leyendo palabras extranjeras que alguien había reescrito en tu idioma?

Especialmente las traducciones de Saramago que realizó Basilio Losada. Me quedo con Memorial del convento, El año de la muerte de Ricardo Reis y El Evangelio según Jesucristo.


Una de las mejores maneras de reconocer [el trabajo de los traductores] es citándolos siempre junto al libro, autor y editorial cuando estemos comentando los libros en las redes sociales o en los actos que se realicen en la librería


¿Qué libros, autores, géneros o temas asocias con algún traductor en concreto?

Por haber sido profesora mía en Teoría de la literatura, siempre me fijo en las traducciones de lenguas nórdicas de Carolina Moreno.

¿Cuál es la traducción más curiosa que te han pedido?

No recuerdo ninguna en especial, pero sí que la pregunta es recurrente: ¿qué traducción me recomiendas? A menos que haya una respuesta obvia, la idea que transmitimos es que la mejor traducción es la que nos haga sentir mejor con la lectura. Y para ello lo mejor es leer comparativamente las dos primeras páginas. Puede llevarnos al error, pero normalmente funciona.

¿Cómo influyen las traducciones en los libros que encargas y que recomiendas en la librería? ¿En qué medida crees que los lectores se fijan en la traducción a la hora de comprar un libro de un autor extranjero?

Hay quien lo mira como un detalle importante. Se nota por ejemplo cuando se puede elegir entre la edición en catalán y en castellano. En este caso, en que realmente algunos lectores pueden elegir, hay quien se declara seguidor de un traductor frente a otro por las soluciones que ha encontrado.

En España hay varios premios que reconocen la labor de los traductores de libros, como el Premio Nacional a la Mejor Traducción, el Esther Benítez o el Ángel Crespo. ¿Los conoces? ¿Sueles enterarte de los fallos? ¿Sueles destacar las obras ganadoras en la librería? Si no lo has hecho hasta la fecha, ¿te animarías a hacerlo a partir de ahora?

Podría hacerlo. Pero necesitaría tener referencias claras de qué premios tienen realmente un jurado libre. La verdad es que quedan diluidos en el mar de información que recibimos cada día. No solo son las 10.000 novedades que entran anualmente en la librería, sino todos los correos electrónicos anunciando más novedades, premios, entrevistas… El nivel de información es tal que no podemos quedarnos con todo. Y probablemente los anuncios de los premios de traducción no tienen la repercusión que deberían tener.

 

Sobre la librería

En 1975, Documenta abrió sus puertas dispuesta a ser una librería diferente, especializada en literatura, arte y ciencias humanas. Los libros serían en catalán, castellano, inglés y francés. La calidad debía primar sobre otros criterios. Han pasado más de 40 años y seguimos manteniendo el proyecto y la línea que nos ilusionó: todavía hay mucho camino por hacer en defensa de los buenos libros de arte, historia, antropología, filosofía y literatura.

Desde 1980, convocamos el Premi Documenta, actualmente en colaboración con L’Altra Editorial, destinado a autores y autoras jóvenes, menores de 35 años.

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