Jesús Cuéllar Menezo ha traducido del inglés la obra de Matthew Klam, ¿Quién es Rich?, editada por Alba. noviembre 2018.
Matthew Klam, autor de la colección de relatos Sam el gato y otros cuentos, presenta en su primera novela a Rich Fisher, un estadounidense de mediana edad que lleva mal su paternidad, su poco éxito profesional como historietista e ilustrador y la escasa actividad sexual que le ofrece su matrimonio. En unos cursos de verano conoce a Amy O’Donnell, rica, pija y republicana, infelizmente casada y con un tipazo. Y Rich se agarra desesperadamente a esa contradictoria quimera. Con un humor corrosivo y sin pretender que su personaje principal nos caiga bien, Klam se sirve de un personaje tragicómico, con frecuencia ridículo, para plantear conflictos sociales y morales de nuestra época, a veces llevando las situaciones al borde del absurdo.
Quizá lo más difícil de traducir esta novela de Matthew Klam haya sido captar el tono que utiliza el protagonista Rich Fisher para narrar su propia peripecia. Rich es un personaje indudablemente inteligente, pero su egocentrismo y egoísmo, además de la desaforada pasión a la que se entrega, le impiden captar realmente lo que ocurre a su alrededor y, desde luego, articular un discurso coherente sobre su propia vida. De manera que, lingüísticamente, su romance adúltero, y los rapidísimos diálogos que mantiene, sobre todo con su amante, conjugan lo ingenioso con lo chabacano, pero sin llegar a caer del todo en lo soez; la diatriba social y política, y la descripción de las labores más prosaicas y pueriles que un hombre de esa edad puede y necesita llegar a desempeñar.
Aparte de ese tono tan polifacético, que constituye el contradictorio carácter del protagonista, en varias partes de la novela se recurre al paralelismo entre el lenguaje del béisbol y el de la conquista amorosa, que tan presente está en el inglés de los Estados Unidos. Para la comprensión del béisbol, para mí tan críptico y ajeno, conté con la colaboración de varios compañeros de ACE Traductores y, especialmente de David Paradela, a quien agradezco enormemente sus mensajes.